Esposa de Carlos

..para los grandes pues porque nuestros hijos si no lo sintieron. Ellos solo decían, “vamos con mi papa”, y yo decia, que les digo? Porque Jovani tenia 6 anos, Leslie tenia 4 anos, el otro tenia 2 anos y el que acababa de nacer. Total que yo les decia no podemos ir por su papa. Cuando estaban chiquitos yo les decia eso pero ya cuando crecieron un poco mas, yo les decia, su papa no esta. Y de veras no sabemos que le paso, de repente ya no vino a la casa y a lo mejor murió. Y si murio nosotros tenemos que portarnos bien para ir a alcanzarlo un dia. Eso les dije yo. Quien de verdad sintió y conocio bien a su papa fue Jovani. El papa decía yo me lo llevo al trabajo y yo decia: Y que va a hacer con si esta trabajando? Pues le compro juguetes y se va conmigo. Y asi varias veces le compraba varios juguetes y el jugaba allí en la institucion donde estaba, desde chiquito, 6 anos, se iba con su papa y como el daba capacitaciones allí y que solo lo mirase, el lo sintio bastante y ahora me dice el que lo recuerda pero asi lejos, lejos. Ahora los otros no recuerdan nada. Pero gracias a Dios que en esa epoca yo dije que yo no quiero otro hombre, yo no me voy a casar, yo voy a estar con mis hijos y voy a trabajar para ellos porque de irme con otro hombre, ellos no tienen papa y el hombre me va a querer a mi pero a los hijos no. Entonces yo dije no, no, no, no. Trabaje, luego fui a la universidad, me salió una beca y estudie otros 3 anos un profesorado, de allí otros 2 anos, es decir que estuve ocupada y creo que eso me ayudo tambien porque claro que era pura grabadora, yo sonaba todas las noches a mi esposo. Y un dia yo me iba a volver loca porque dije yo me voy a ir a buscar porque el no murió. Y empecé… seguramente que yo estaba debil o estaba enferma y luego me fui caminando con la idea de que yo lo iba a encontrar. Mi suegra se fue detrás de mi y me dijo “donde va?” Eran como las 5 de la mañana y yo le dije que iba a comprar en una tienda. Ahorita la tienda no esta abierta, me dijo. Si, es cierto. Pero luego fui a un medico y me dijo: si usted no va a aceptar lo que le paso, entonces se va a volver loca y hay muchos en el manicomio (rie).

Yo me asuste porque seguramente que si pero yo tengo a mis hijos, yo tengo que luchar y luego lloraba en las noches para que no me vieran ellos y le pedia a Dios que llenara un vacio que yo sentia en el corazon. Y despues, cuando ya me fui con mi mama y ella me preparo un te de “ruda” (¿). Eso me ayudo mucho porque el medico me dijo que me iba a dar unos sedantes pero estos sedantes usted se va a acostumbrar a tomarlos y un dia ya no le van a hacer caso, es decir que no la cura solo le ayuda un poquito. Bueno, yo dije, que mejor voy a pedirle a Dios que me ayude porque fue terrible, 4 hijos, que voy a hacer con esto? Bueno, cuando esta mi esposo siempre hay uno que ayuda, los dos trabajamos pero ya cuando el se fue ya fue otra situacion terrible para mi. Pero de veras que a Dios le agradezco mucho porque el me ayudo, es cierto, en olvidarlo porque ya han pasado 20 anos. Es decir que ya no es igual como cuando acaba de suceder eso. Bueno, total que si sufrimos. Yo en esa epoca estaba trabajando por San Jose Poquil. Yo soy maestra y empece a trabajar y en esa misma epoca alla fue terrible tambien. Llegaban unos con cara tapada, encapuchada e iban a traer a la gente de sus casas, las mataban en el mercado y cuando uno venia en la camioneta llevaban fotos y le miraban la cara a uno. ….Fue terrible pero paso ese tiempo pero mucha gente murio, mucha gente, hay familias en que murieron familias enteras, hijos, padres y madres y yo pense: Vaya! que no ibamos con mi esposo cuando eso sucedió sino nos hubieran llevado a todos. Pero bueno, Dios sabe. Y yo ahorita siento que uno pasa penas porque uno solo con los hijos es muy dificil pero gracias a Dios que ellos han salido muy buenos, no tienen ningun vicio, yo siempre les digo que busquemos a Dios porque eso es muy importante. Porque hay familias que estan el papa y la mama pero los hijos estan mal, entonces gracias a mi mama y a todos porque nos han apoyado mucho y sobretodo pues ahorita estoy con ellos. Mucha gente dice que por que no me volvi a casar, sus hijos se van a casar, se van a ir y usted solita. Dios sabe, yo lo pienso, yo no quiero otro hombre porque otro hombre no va a querer a mis hijos, tal vez me quiera a mi pero no. Y gracias tambien a Dios por haber superado ese tiempo terrible.

Cuantos anos tenia yo? Yo tenia 28 anos y Carlos tenia 30, 2 anos mayor que yo, es decir que solo vivimos 8 anos. Y yo les digo a ellos que el tiempo es muy corto, debemos querernos, hoy estamos y manana ya no. Asi es la vida con tanto peligro y yo siempre les digo a ellos que vamos a la iglesia y ese respeto a Dios le hace a uno no hacer cosas malas y sobretodo porque manana podemos morir y si morimos en pecado, no es bueno. Pues eso paso pero ya pasaron 20 anos.

Carlos era muy amable, toda la gente decia que el es muy amable, “buenos dias, adios”. Y tambien tenia ese deseo de ayudar. El decia que si el puede ayuda. El era asi, porque digamos mi yerno, el esposo de mi hija,  el a veces dice, vamos a parrandear y nos invita. Pero yo le digo, “no, guarde su dinero porque le va a servir”, pero dice mi hija q ue el es asi, el regala, pero eso es bueno tambien. Y Carlos era muy asi, tenia su corazon muy amplio, hablaba, se reia, era esa su caracteristica, amable, sonriente.

Si, es triste. Pero ya crecieron mis hijos, ya tengo nietos, entonces ha pasado rapido el tiempo. No se olvida, pero el tiempo ayuda, digamos no a olvidar, pero por lo menos no es el mismo dolor. Porque yo lo senti asi, que el era un padre muy bueno. El fue un padre responsable. Por ejemplo, cuando se enfermeban los hijos el resuelve las cosas, entonces son 2 personas. Cuando yo me quede sola, yo solita tenia que pensar y si no tenia dinero ir a buscar. Pero cuando el estaba, el buscaba, entonces era facil ese tiempecito para mi. Pero cuando se fue vinieron los tiempos duros, porque ya la salud, la educacion, quierase o no, uno lo tiene que resolver, pero gracias a Dios en esa epoca yo fui maestra y trabaje 20 anos. Pero cuando Jovani y mi hija salieron de tercero basico aquí, a mi ya no me alcanzaba el dinero porque solo ganaba 1.300 quetzales y ellos tenian que ir a estudiar a la capital. Entonces fue cuando decidi dejar la plaza y trabajar en otra institucion porque me pagaban un poco mas. Antes los maestros ganabamos muy poquito. Ahora con los aumentos que han tenido anos y anos, el sueldo del maestro ya esta mejor. Bueno, ahora ya se graduaron, pero todavia con una carrera no es suficiente. Tiene que ser universidad. Entonces yo le dije a Jovani un dia que estaba en 4to. de Arquitectura, que yo ya no puedo ayudarlo porque estan sus hermanos y ahora tengo que ayudarlos. Fue cuando busco la beca. Yo hable con Lucia y me dijo que alli hay becas y que trajera su papeleria. Fue cuando le empezaron a ayudar gracias a ustedes porque esa carrera tiene mucho papel, muchas maquetas, y libros no compro pero el material que a el exigia. Y ahora estos 2 hijos hasta ahorita estan empezando la universidad y yo les digo que miren a su hermano mayor porque el se quedaba los sabados y domingos, no dormia toda la noche estudiando, el es muy constante, y gracias a Dios ya va a salir.

Entonces me quedan estos otros 2 hijos que estoy luchando con ellos para que vayan tambien porque no es bueno quedarse solo asi.  Ademas no hay trabajo. Solo con un titulo pues no hay trabajo, esta muy escaso. Hemos oido de instituciones donde dicen que hay trabajo, pero aquí en Guatemala, o no se si es general, que no hay buen trabajo porque hay muchos profesionales. Pero es bueno prepararse porque como los tiempos van cambiando… Mientras vivamos tenemos que luchar todavia por los hijos. Es que aquí en Guatemala ahorita esta muy mal porque todos dicen que no hay trabajo, las cosas suben cada poco y es peor en Guatemala (city). En los pueblos es mas facil. En Guatemala tienen que pagar saber de que cosas y lo que ganan no les alcanza. En cambio aquí tenemos el frijol, el maiz, y se encuentran a menos precio aquí en un pueblo. Nosotros somos de aquí y estuvimos un tiempo en la capital porque como estaban todos ellos estudiando yo trabaje un tiempo alla pero me canse y cuando se graduaron ellos dije que voy a descansar un poquito. Estoy haciendo trabajo ahora aquí en la casa pero vamos a ver si decido trabajar despues otra vez en una institucion porque el horario es de 8 a 5 de la tarde o de 9 a 5:30 entonces yo siento que es mucho tiempo para estar en la oficina. Ahorita que voy a terminar este trabajo voy a ver si me sale otro aquí en la casa porque ya no quiero estar viajando todos los dias, es cansado. Y yo les digo a ellos que gracias a Dios se graduaron porque hay muchas madres que no les pudieron dar ninguna educacion a sus hijos. Aunque poquito el sueldo que yo recibia, habia para pagar la educacion y yo le agradezco mucho a Dios por todo lo que el ha hecho en nuestras vidas porque hemos salido adelante aunque no tenemos de todo. Yo mas he pagado educacion aunque no tengan mucha ropa porque hay familias donde hay dinero y tienen mucha ropa, tienen carro y de todo pero no se graduan. Mi hija se caso y estan ellos 3 y estoy contenta con ellos.

 

Carlos’s father

I have a good book, a lot of information is in that book. And if you want to get the author, I can give it to you in the weekend and you can find it or we can try to.When the violence started, the Army went to rape the women, all the pretty women. So people got angry. The Army went to cut the milpa (corn) fields. We know all of that because of the news. Here we still don’t have any of that but we hear it. So, my son , Carlos, who was a technical nurse in rural health and was working in… in a health center. So the guerrilla got there too and they went to the health center to steal medicines. Then the Army and the mayor told him that he was a guerrilla man. Because he let the guerrillas in when they came for help, so they had the wrong information against him. He realized this and went to another town, to work at a farm there. There was a lot of violence there, so he went to look for work in the capital city.  I don’t know if they followed him, but he was working there and he lived in the capital city . But one day, June 30th, no, June 5th, they gave him a check to go and change… June 5th, 1985, he was kidnapped, he was getting the money out of the bank and the kidnappers were from the G2 . I’m going to tell you a little because to say a lot I need a very long time. So, a few days we are looking for him, but we can’t find him, crying, going all around. Then, Marco Antonio, who is the boss, looked for him too. So we could communicate with them and we realized that the first day they went to the office of the emergency police and then to the Army General Quarters.

I think it’s the emergency police of the Army. Then, he was tortured cruelly for three days and they said they didn’t find any wrong doing with him. Then, they send him to the General Quarters for his death. We were negotiating, but at the last minute they said that it wasn’t their choice but they couldn’t let go anyone that was intelligent, otherwise, they may spread the word of what has happened. Then, on July 5, 1985 another son was captured. He is a lawyer. His “fault” was that he worked at a coop as the manager. And since they talk about Peasant Unions in that that group, they consider that everyone that works there is a communist, guerrilla, terrorist. This is what we have suffered…

Translator: And someone from the Army came to tell that they killed your son or how?

Carlos’s father: Nothing, we didn’t hear anything from the Army. We tried for a year, and then we learned that Carlos had been at the Army Quarters in Chimaltenengo. That’s how we knew he was dead. (We learned this from) Only through other people who do business with the Army. They disappeared. Were they killed in Chimaltenango? Or are they alive? We still have hope that they may return one day or they are dead already, we don’t know it.

Translator: He said that there is a person, Marco is his name, from him they had the information that Carlos was alive. But to negotiate they went to the Army and to other groups and finally they said that it’s really bad for the Army if they let him go because…. So then, they moved him to Chimaltenango and from there, they don’t know. They didn’t tell Marco if he’s alive or he’s dead, or what.

So they never found his body?

Carlos’s father: For 2 years we went to the morgue in Guatemala. There were many corpses there, tortured, but we couldn’t find them. And at the end, I don’t know whether the man  was telling the truth. I trusted him, he’s an evangelical called Miguel Gomez. We did business and he said, “I will go there and get some information if your two sons’ names appear there”. He went to look in the book where the Army records the names of the dead and he said he didn’t find the names of my sons. We gave him 3,000 quetzales. That’s the only information he gave us.

When I was in (name of town) they said that the Army made the people go patrolling and  it was on February 4, 1982 and it ended on October 20, 1988. And when I went there, around 9 p.m. that people got together to talk, the mayor, Osorio and the Ramey went to…. And they killed him, they burned him with gasoline. And they put the body(ies) where there was hay to burn them, and that’s why he can’t stand it anymore and left. And since my other son, Lazaro worked at a Coop, Union Campesina, they supposed everybody who worked there was a communist. When he was there he started a project to export cauliflower, broccoli and arracachina. But, since he was in the group with the peasants, they thought they were training him to be a communist or guerrilla. So, they went after him, the police, and he ran. He complained to someone, “What is it that I’m doing, I’m just working, and why does the police follow me?”. So, that person went to the police and asked them why they were following him if all he’s doing is he’s working. So, they let him go. A year after that the Army came to his home and he wasn’t there, but they chased him and got him. That’s his great fault, to be working, to study law. That’s the great “wrongdoing” that my sons committed.

Also Francisco, my other son was there too but when he realized that the Army had been around too much, he decided to flee. I don’t know whether it was psychological, or he was also being persecuted. He went to live to another country for 20 years. And that’s why he is alive and came back now, after the peace was made, but about 10 years after it was made… because when they signed the peace they continue to kill people, since they don’t respect peoples’ dignity. The Army here is not human, they are wild beasts because they think they own Guatemala and life itself. They don’t respect God.

Francisco escaped. But I didn’t know where. We cried because it was all very sad. I had already thought that my son, Francisco, was dead. And since the Catholic priests worked a lot with the people, a priest from Spain came and asked me, “Are you Doroteo? that’s good. I’m priest Juan”, and we started talking about my sons’ kidnappings. “How many children do you have?” he said. “Are they all here?” No, 2 were kidnapped and my son- in-law, but the other one wasn’t kidnapped, he escaped. The priest said “I feel so bad for you. Do you suspect that he’s in the mountains”? And I couldn’t say anything.

He (the priest) pulled out a portfolio and he said he knew that man… “Francisco is alive?” Here there is a letter. I didn’t know what to do, but it’s better that he doesn’t come back here until there is peace. After a few years, we communicated and I went to look for him and I found him. I got one son back. About the other two ….I don’t know anything. What can I do, that’s life. But here in Guatemala we think they (the Army) should go to the mountains and fight with the guerrillas that are armed. But not with the people that are at their homes. I’m angry too. The mayor was killed here because the Army commander is the one that kills everybody. I also am on a “black list” of people and I pray to God nothing happens.

In 1987, when we did protests and went to the Palace and the police was there and I told them that they were killers and they killed mostly indigenous people. Because what is more prominent here is discrimination. Well, I accused the Army and I have a copy of the words I said.

In 1985 and ’86 I left from here and went to look for them (my sons) everywhere, hungry, without anything. Then, in 1987, I wrote this and went directly to the Palace. “Christ died because of the truth, but I confront you to go to God’s court. There is justice there, and if my sons are criminals, or you are the criminals, we’ll confront before God’s tribunal.”

I said: “Mister President, Ministers, Minister of Defense, Army Generals,… and (search your) conscience… because you are the ones that kidnapped my sons, and if you believe in God, you still have time to free them. And as the Holy Bible (and I pulled it out), because the ones that pretend to be Christians like Rios Montt”.So that’s how I made it clear on a tape but I don’t have it right now. So I told them that and I’m still alive.

I have 2 grandsons who are traumatized. They’re Lazaros’ (his son-in-law) sons. Well, now we don’t cry that much during the day, but my wife , sometimes at night, says “wake up, wake up, why are you crying”? We cry in our sleep, at night. Day and night, always in tears. When Lazaro disappeared one of his sons was already born, maybe a year old, the other…
Carlos’s father: Since I’m a Christian, Catholic, the priests always come to see me, to give me fortitude. One day they were going to tell me who were the accusers, but I didn’t want to know because it’ll be troublesome. My conscience is at peace, it doesn’t matter if I cry day and night. There are certain songs that they used to like and one night my wife heard one and started crying. I’m sure I won’t forget until the day that I die. And for that reason… for instance the Army, they are not ignorant, they are scientific about it. I waited because in 1985 I realized that my sons and son-in-law Felipe were taken to Zone 6, to the Police. And then to the General Quarters. Then, they found those documents and maybe Carlos’ss father will show up one day, if they follow human rights and maybe he’ll appear. But…

Thank you. Because here in Guatemala there are thousands in the same situation. For instance there is a historic story that here the ones that are left, since they were not captured, the young ones, left. So, they captured the mother and sent her to jail. Then, the son, the one they were after, a Catholic, went to the priests to be confessed and asked them to give him the last blessing because he was going to be killed so that his mother could be free. So, they gave him Communion and the mother was let free. That’s a very deep pain because the mother and the father are alive but the son gave his life for his mother, That’s very cruel.

When one does God’s will, He saves you. For instance, I realized I am on the “black list” but, thanks to God I haven’t been killed. But, I don’t stop being charitable to others for love to God and my brothers. Many people fled. I received them in my house. And I don’t care if I’m killed for them. If there is work, I give them work.

Translator: He decided to tell you one more story,  about what people had told him happened in Chocolo.

The Army got there and tied all the men with a rope. Then, they told the women to kill a few chickens, make lunch and so they wouldn’t kill their husbands. Then, they took all the 15 year old pretty girls to the mountains and raped them. Around 3 p.m. they killed the men. What criminals. The women fled and they told me about it. This is very sad about Guatemala and they don’t understand that in the US. The Spaniards also killed our people, took our gold, our land. We are poor and the sons of Spaniards took our farms, more than 500 years ago, and then came back to kill us. As one man said: “we, the indigenous, are saints, we are not killers”. But if we had arms now, I’d kill them. We were born good, but with everything that has been done to us, we became rebels because we can’t stand it anymore.      

El padre de Carlos

Le diré poco porque para decir mucho no alcanza el tiempo. Cuando empezó la violencia, el ejército se fue a violar a las mujeres, todas las mujeres bonitas fueron violadas. Las extensiones de milpa, el ejército llegó a machetear, terminar. Entonces la gente se enojó. Todos nosotros por noticia sabemos todo eso, pero aquí todavía no hay. Mi hijo Carlos era enfermero técnico en salud rural y estaba trabajando en un puesto de salud. Pero ya la guerrilla se esparció, se vino por aquí. Entonces un día entraron a robar medicina. Ahí ya el ejército y el alcalde le dijeron a él que él es un guerrillero. Él permitió cuando entraron de la guerrilla allí, entonces ya se vino la información mal contra él. Él se dio cuenta y se fue a trabajar en una finca, en salud. Hay mucha violencia allí también. Buscó trabajo, se fue. Él vivió en la capital. Pero un día, el 30 de junio, no el 5 de junio del 85 fue secuestrado. Los secuestradores eran de la G2.

Entonces a los pocos días nosotros estamos buscando pero no lo encontrando, llorando, para arriba y para abajo. De ahí el jefe, buscó manera también. Entonces fue torturado cruelmente hasta los tres días dicen que no le encontraban ningún delito. Pero ya para morir lo pasaron al cuartel general del ejército. Entonces nosotros estamos haciendo ese negocio, pero a última hora dijeron que ellos no tienen la culpa pero la persona inteligente no la podemos soltar, se tiene que matar porque si no ellos van a divulgar.

Nosotros luchamos ahí un año, pero nada, nada del ejército. Al año supimos que estuvo en el cuartel de Chimaltenango. Ahí nos dimos cuenta que fue muerto. Ahí se quedaron desaparecidos. ¿Los mataron en Chimaltenango? ¿O están vivos? Nosotros todavía con la esperanza de que talvez regresen un día o ya está muerto, eso no lo sabemos. Es esto lo que nosotros hemos sufrido.

Fuimos como dos años a la morgue de Guatemala. Hay muchos cuerpos ahí torturados y matados, pero no lo encontramos. Un evangélico, hicimos negocios y se fue a buscar en el libro donde está apuntado los muertos por parte del ejército y dijo que no encontró los nombres de mis hijos. Así es que no hizo nada, solamente esa información. No sé si es verdad del señor.

Como [mi yerno] trabajaba en la cooperativa, Unión Campesina, y entonces al que trabaja allá lo tildan de comunista. Cuando estaba ahí hizo un proyecto de exportación de coliflor, brócoli y arracachina. Pero como estaba en el grupo de los campesinos pensaban que él era un líder que le están enseñando a ser comunista o guerrillero o subversivo. Entonces ahí lo persiguieron. La policía. Y ahí es cuando huyó. Él se quejó con tal fulano: ‘Qué estoy haciendo, estoy trabajando, y por qué me persigue la policía’. Entonces este señor se vino a hablar con el jefe del grupo y le dijo que por qué persigue a este señor si está trabajando. Entonces lo dejaron. Al año cuando el ejército viene a su casa y allí no está pero lo persiguieron y lo cogieron. Ésta es la gran culpa que él tiene, que está trabajando, que es estudiante de derecho. Ése es el gran delito que mis hijos cometieron.

En el 85 y en 86 yo abandoné aquí y estuve por ahí buscando a mis hijos, por aquí, por allá, con hambre, sin nada. Entonces, en el 87 ya me vine por aquí y escribí esto y reclamé directamente en el Palacio. ‘Por la verdad murió Cristo, pero yo los reto a ustedes a ir al tribunal de Dios. Y ahí sí es justo, que si mis hijos son criminales, o son ustedes los criminales, así que lo más que les puedo decir es que los reto ante el tribunal de Dios’. Eso les dije pero no me hicieron nada y aquí estoy todavía.

Dije: ‘Señor Presidente de la República, Señores Ministros, Ministro de la Defensa, Generales Oficiales del Ejército… ¿y la conciencia? porque son ustedes los que secuestraron a mis hijos, a ustedes la conciencia, si creen en Dios o si saben que hay Dios, hay tiempo todavía de soltar a mis hijos. Y como la Biblia’ yo saqué la Biblia, ‘porque los que se pasan por cristianos como Ríos Montt…’. Así es que les dije eso y aquí estoy vivo todavía.

Mi otro hijo se dio cuenta una noche que el ejército ha pasado mucho, entonces él huyó mejor. No sé si psicológico o también lo tienen perseguido. Él se fue a vivir 20 años en cierto país. Y por esa razón, gracias a Dios, como salió, ahora ya regresó y está vivo ahora, hasta que la paz llegó, pero como diez años después de la paz… porque cuando firmaron la paz siguieron matando gente.

Nosotros lloramos con ese panorama muy triste. Ya mi hijo lo tengo por muerto. Un sacerdote llegó y nos pusimos a hablar del secuestro de mis hijos. ‘¿Cuántos hijos tiene?’, me dijo. ‘¿Todos están aquí?’ No, dos fueron secuestrados y un yerno, pero el otro no fue secuestrado sino que huyó de aquí. Entonces él me dijo si yo sabía de él, si estaba vivo o muerto. No sé, no le puedo decir nada.  De ahí sacó unos portafolios y me dijo: ‘Conozco a ese señor’. ‘¿Mi hijo está vivo?’ Así es que aquí está una carta. No sé que hacer. Pero mejor que no regrese hasta que aquí no haya paz. Después de unos años ya nos comunicamos y me fui a buscarlo y lo encontré. Recuperé un hijo. Los otros dos… no aparece nada.

¿Qué voy a hacer?, así es la vida. Pero aquí en Guatemala decimos que vayan a pelear con los guerrilleros que están en las montañas, que tienen armas. Pero no con las personas que están en las casas. Yo también estoy enojado. El alcalde que lo mataron aquí porque el comandante del ejército es el que mata a todo el pueblo. Yo también tengo mi lista negra de la gente y le ruego a Dios que no pase nada. El ejército aquí ya no son humanos, son salvajes porque ellos creen que son los dueños de Guatemala o dueños de la vida. Ellos no respetan a Dios.

En fin así es pues de que ahora ya no lloramos mucho de día, pero a veces en la noche mi señora me dice: ‘Despierta, despierta, ¿por qué estás llorando?’ En sueños lloramos, en la noche. De día y de noche siempre con lágrimas. Todavía hay ciertas canciones que ellos gustaron, mi señora no sé qué noche oyó una canción. ‘Ésta es la que pone mi hijo’, y empezó a llorar. Estoy seguro que yo jamás olvidaré hasta la muerte.

Como yo soy cristiano católico, siempre los sacerdotes me llaman y me fortalecen. Porque un día me iban a decir quiénes fueron los acusadores, pero yo no quise porque al ver sería molesto. Mi conciencia tranquila, no importa que yo llore de día o de noche.

El panorama de Guatemala es triste y por eso ninguno en Guatemala que lo aprecian en los Estados Unidos. Los españoles también masacraron a mi raza, quitaron nuestro oro, nuestra tierra. Nosotros somos pobres y los hijos de los españoles se apoderaron de todas las fincas, ya más de 500 años y todavía llegaron otra vez a matarnos. Uno piensa, como dijo un señor, que nosotros los indígenas somos unos santos. Nosotros no somos los matones, no somos los malos, pero ahorita si yo tuviera armas yo los mato. Nosotros nacimos buenos pero con lo que nos hicieron y ahora somos rebeldes porque ya no aguantamos lo que nos hacen.

A lo mejor Carlos aparece un día, pero…

Porfirio

 In Santa María where I live, we didn’t hear about all this, and some people even today don’t know if there was war or not. Perhaps recently they have heard that there was fighting between guerillas and the army, but really what happened they have never found out. In 1992 there was a massacre in El Aguacate of San Andrés Itzapa, because they showed it on the TV news, but not too many people from our village saw it because not everyone had a television.

But it was always said that there were guerrillas and the army, but really what was going on the people didn’t know, I am including myself. I only learned this a long time later from what was reported in the newspapers, even though not everything that was happening was told there. I became more aware of all of this where I was studying (later) because there they did tell what was really happening and it wasn’t until then that I became more interested in what was going on in Guatemala.

What I did know about was what they called ‘forced recruitment.’ The military made two attempts to take me away, but I was only 13 years old. My father came and talked to them so that they wouldn’t take me, but, yes, at that time in Santa María and Santiago, the two towns were competing for who hadthemostyoungmeninthearmy.Infact,Santiagoistheone that has more men, they even didn’t have to recruit them, they just showed up on their own because they had that much desire to belong to the Guatemalan army. But they didn’t really know what they were headed to. It wasn’t until they were already in the army that they realized what the reality was. Much later they repented having joined up, but they couldn’t get out at that time. Because if you left they killed you, they searched for you, and they killed you because you were a defector from the army.

One of the things that went on in Santa María were the civilian self-defense patrols. But really they didn’t do anything, they just presented themselves on Sunday, they marched all day, they were trained in all kinds of combat, and then they made rounds of the town at night.There were two shifts, they started from 6:00 to midnight, and then another group came at midnight until 6:00 in the morning.The army came once a month and stayed for a week. Seeing all this, the people did not know what was happening, as I have told you, and let me say again, many people from my village really did not know what happened in Guatemala.

I myself did not have the experience of something like a family member who disappeared, but you heard about these things and dead bodies appeared on the outskirts of the village. Three or four tied up or thrown in the tall grasses, but they were not people from our village, they were people from other places. And the violence and the bodies that appeared at that time were people who had been kidnapped, or people that they said belonged to the guerrillas, this is what you heard, and later no one said anything.

The most I ever heard directly about the violence was from a guy I’d gone to school with. He joined the army and became a Kaibil, one of the special commando forces, you know, they’re the ones who wear maroon berets? They have a patch on their uniform that’s a blazing sword.A lot of the boys wanted to join because those uniforms are really nice, and they thought they’d look really handsome and the girls would like them.Also, I think they got paid a little more.

I ran into this guy in a bar in the City several years later. I almost didn’t recognize him, his eyes were bloodshot, he was so drunk he was falling down. He grabbed hold of me, and started talking. He told me things he’d done, that are so terrible, so disgusting and degrading, I’ve never told anyone.  You wouldn’t believe the things he told me. He’d been a nice guy, a little wild, but still a good person, when we were in school. Now he was a crazy man. He said he’d done things that made him hate himself. He hated himself so much, all he wanted to do was drink.  No one in our town would talk to him. He was a young guy, too. Now it seemed like his life was over.

I believe that one of the objectives of the civil war was to exterminate the poor people, or exterminate the indigenous people, because the majority of those that were in the army were indigenous, and those that made up the guerrillas were also indigenous, and they were the ones killing each other. One of the objectives of the people in power in Guatemala was to finish off the indigenous people, so that they could remain in power, and maybe they partially achieved it. But the majority of the country is still indigenous; they are the people who are still struggling to survive and to get ahead. Guatemala is the only country in Central America that still has lots of indigenous people. So I think the people in power believe that the only way to maintain control is to keep repressing them, abusing them, in different ways that still exist in Guatemala.

I think that there are many consequences that are a result of the war, there are still problems that exist and this has made the country very unstable. In reality, I think that signing of the peace accords has not really changed much, because the same social problems that existed even before the war exploded still exist. Maybe what has changed is that now you don’t hear of the guerillas, but the army is still in power. Here in Guatemala the military is who is in charge, not the government.

Porfirio

En Santa María donde vivo, no se escuchaba de esto, o mucha gente no sabe aun ahora si hubo guerra o no. Talvez últimamente escucharon que había aquí guerrilla y ejército luchando, pero realmente qué era lo que pasaba nunca supieron. En 1992 hubo una masacre en una aldea que se llama El Aguacate de San Andrés Itzapa, porque lo pasaron en la televisión, en las noticias, pero talvez no mucho de la aldea porque no todos tenían tele o televisor para ver las noticias.Pero siempre sonaba eso de que había guerrilla y ejército, pero realmente qué es lo que estaba pasando, mucha gente no sabía, me incluyo yo, como le decía en esa ocasión que se llegó saber eso mucho tiempo atrás por medio de que se dirían los periódicos ni salían todo lo que sucedía. Y me fui dando cuenta de eso en el lugar donde estaba estudiando porque sí nos decían que es lo que está pasando. Realmente hasta allí entonces fue que me fui interesando de qué estaba pasando en Guatemala.

Antes estaba eso de se llamaba reclutamiento forzoso. Fueron dos intentos que hicieron conmigo llevarme, pero en ese entonces yo tenía 13 años. Donde yo me quedé o me sacaron fue porque mi papá llegó a hablar a que no me llevara, pero sí a esta edad allí en Santa María y Santiago eran dos pueblos que estaban compitiendo que quienes tenían más muchachos en el ejército. Y para decirle, Santiago es la que tiene más gente, hubo más gente que fue reclutado, inclusive no los reclutaban, sino ellos se presentaban solos porque tenían esas ganas de pertenecer al ejército de Guatemala. Pero no sabían realmente a qué iban, a qué se iban a enfrentar, hasta cuando estaban ya en el ejército era que ellos se dieron cuenta cuál era la realidad lo que estaban viviendo ellos. Y mucho después se arrepintieron de estar allí pero no pudieron salir en este tiempo. Porque el que se saliera del ejército lo mataban, lo buscaban y lo mataban porque era un desertor del ejército.

Luego que allí en Santa María lo que se dio más fueron las patrullas de autodefensa civil. Pero realmente no hacían mayor cosa, sólo se presentaban los domingos, marchaban los domingos, había adiestramiento de ellos de combate, toda la cuestión, y lo que hacían ellos era rondar en la noche en el pueblo. Eran dos turnos, empezaban de las 6 hasta las 12 de la noche, y otro grupo entraba a las 12 para las 6 de la mañana. El ejército llegaba una vez por mes se quedaba una semana. Viendo eso, la gente no sabía qué es lo que estaba pasando, pues como le decía, como le vuelvo a repetir, mucha gente de allí de mi aldea no saben realmente qué pasó en Guatemala.

Vivir en carne propia alguna cosa así de familia desaparecido y todo eso yo no lo viví, pero sí se escuchaban estas cuestiones y sí aparecieron muertos allí alrededor de la aldea. Aparecieron tres, cuatro amarrados o tirados en las cunetas, pero no era gente de allí, era gente que venía de otro lado. Y la violencia o cuerpos que aparecieron en este entonces eran gente secuestrada o gente que decían que pertenecía a la guerrilla, era lo que más se escuchaba, luego nada.

Lo más que escuché de la violencia directamente fue por un tipo con el que fui a la escuela. Él se unió al ejército y se hizo kaibil, una de las fuerzas de comando especiales, ya sabe, son los que usan boinas color rojo oscuro. En su uniforme ellos llevan un parche con una espada brillante. Muchos muchachos querían ser parte de ellos porque les gustaban esos uniformes y pensaban que se verían guapos y que les gustarían a las muchachas. Además, creo que les pagaban un poco más.

Me encontré con este tipo en un bar en la capital varios años después. Casi no lo reconocí, sus ojos estaban bien colorados, estaba tan borracho que se caía al piso. Se agarró de mí y empezó a hablar. Me contó cosas que había hecho, cosas tan horribles, repulsivas y degradantes que nunca se las conté a nadie. No creerías las cosas que me contó. Antes era un tipo agradable, un poco salvaje, pero buena persona cuando estábamos en la escuela. Ahora estaba loco. Dijo que hizo cosas por las que ahora se odiaba a sí mismo. Se odiaba tanto que lo único que quería hacer era tomar. Nadie en nuestra aldea le hablaba. Era joven también. Ahora parecía que su vida había terminado.

Talvez uno de los objetivos de la guerra civil era exterminar a la gente pobre, o exterminar a las diferentes etnias indígenas que existen, porque la mayoría de los que estaban en el ejército eran indígenas, y los que conformaban a la guerrilla también eran indígenas, y entre ellos se estaban matando. Talvez uno de los objetivos de la gente poderosa de Guatemala era de acabar con ellos, y estar ellos tranquilos en sus lugares, pero talvez lograron en una parte. Pero quedó la mayoría de la gente todavía y es gente que está luchando todavía por sobrevivir y por salir adelante. Creo que en Guatemala es el único país a nivel de Centroamérica que tiene bastante gente indígena todavía. Creo que la idea de esta gente que está en el poder es que mientras que exista la gente indígena ellos no pueden estar tranquilos. Y la única forma es estarlos reprimiendo, hostigándolos de diferentes formas que existe en Guatemala.

Creo que la guerra tiene todavía secuelas, tiene todavía ciertas cuestiones que aún existen y esto ha hecho todo el país muy inestable. Creo que esa firma de la paz no ha funcionado realmente, pero eso es por la misma cuestión social que existía antes fue que explotó esa guerra. Talvez lo que cambió es que ya no se escucha guerrilla, el ejército sigue estando en el poder. Aquí en Guatemala el militarismo es el que manda y no el gobierno.

Eliseo

Espero que entiendan el espíritu de lo que escribí, espero que sea traducido al pie de la palabra, para no cambiar el sentido de lo que escribí. Perdón si hay alguna falta o algún tachón, pero cada vez que escribía me ponía muy nervioso. Si hubiera algo que no se entienda, por favor preguntármelo. Experimenté que se siente muy bien escribir mi pasado. Quisiera escribir mi historia más técnicamente, más ordenadamente, para que se entienda mejor, quizá algún día lo pueda hacer. Gracias por escuchar y leer mi historia.

En este momento me preparo para escribir mi historia, trato de recordar todo lo que sea posible, voy a tratar de escribir todo lo que recuerdo y todo lo que me han contado, es mi propia historia, muy triste pero mi historia. Historia que nunca ha sido contada ni escuchada en su totalidad, a mí nunca nadie me ha entrevistado, soy una víctima más que ha mantenido su historia en silencio, la escribo esperando que todo lo que aquí lean me lo crean, por favor, aquí no voy a escribir ninguna mentira, espero que la traducción sea lo más correcta posible para no confundir lo que trato de decirles.

Me da mucha tristeza al recordar que tenía escasos cinco años de edad, cuando esos desgraciados me quitaron lo que más quería, me quitaron a mi padre y a mi madre. Nosotros vivíamos en una casa muy humilde, vivíamos en la aldea Pamumús (que en español significa ‘lugar de llovizna’). Esta aldea pertenece al municipio de San Juan Comalapa, del departamento de Chimaltenango. Era una aldea muy humilde, para llegar a esta aldea había que caminar mucho tiempo en la montaña.

Recuerdo que había que cruzar un río donde a mí me encantaba jugar. Mi vida hasta los cinco años era normal. Yo jugaba, reía, lloraba, tenía siempre a mis padres y a mis hermanos cerca de mí. En la casa teníamos gallinas que nos daba muchos huevos, cerdos, algunas vacas, un perro con quien yo jugaba (todos nuestros animalitos los dejamos). Luego lo que recuerdo es de que un día salieron todos, yo me quedé únicamente con mi hermana Luisa, a mí no me dijeron a dónde iban. Lo que recuerdo es de que ese día no regresaron. Mi familia regresó hasta el siguiente día, pero al regresar ya no venían todos los que se fueron. A mi madre y un tío nunca los volvimos a ver.

Cuando yo crecí me contaron que cuando a mí me dejaron en la casa con mi hermana Luisa, ellos se habían ido a la graduación de mi hermana mayor Patricia. Mi hermana iba a recibir el título de Maestra de Educación Primaria. Ella estudiaba en un internado de monjas llamado Instituto Indígena Nuestra Señora del Socorro, en la ciudad de Guatemala, y que debido a la lejanía no habían podido regresar hasta la aldea, entonces se quedaron en la casa de mi tío. Al día siguiente empezaron a caminar para llegar a la aldea de Pamumús, cuando ellos iban caminando, unos hombres les cerraron el camino y sin dar una explicación se llevaron a mi madre y un tío. Luego les dijeron a mis hermanos y otros familiares que acompañaban a mi hermana en su graduación que se fueran rápido y sin voltear a ver, porque si no los mataban. Ellos tuvieron que obedecer las órdenes de los malditos soldados porque tenían miedo de morir, a excepción de mi hermano Pedro, que muy valientemente les dijo que se lo llevaran a él pero no a mi mamá, pero le pegaron y le dijeron bruscamente que no. No sé si llevaron a alguien más, a mi madre nunca la volvimos a ver. Mi tío emigró al Petén y luego a México porque lo estaban persiguiendo para matarlo.

No es fácil recordar y escribir esto, porque cuando uno se gradúa es motivo de felicidad y fiesta, esos infelices nos apagaron la alegría. Pienso en mi hermana cómo se habrá sentido en ese momento, nadie se podía explicar por qué se habían llevado a mi madrecita, nadie nos podía dar una explicación. Pero la maldad de esa gente no terminaba allí. Hasta donde recuerdo, pasado algún tiempo (no puedo recordar cuánto tiempo con exactitud), una noche en la cual ya no estaba entre nosotros mi madrecita, tocaron a la puerta. Nosotros estábamos muy asustados. Vivíamos con mucho miedo desde el secuestro de mi mamita. Recuerdo que uno de mis hermanos abrió la puerta y un hombre preguntó por mi papá. Mi padre salió a ver de qué se trataba (puesto que mi padre era uno de los líderes de la aldea Pamumús, él era un hombre muy activo, le gustaba trabajar para la familia y para la aldea, tenía un carácter muy fuerte, le teníamos que obedecer porque si no nos castigaba). Mi padre habló por un buen momento con los hombres, luego platicó con mis hermanos más grandes y se marchó en plena oscuridad. A mí como siempre no me contaron nada de lo que estaba pasando (hasta cuando yo tuve la edad suficiente me contaron que mi padre tuvo que salir de emergencia porque lo estaban buscando para matarlo y que esos hombres que llegaron a tocar a mi casa los habían mandado el ejército para asesinarlo, pero ellos sólo le dijeron que desapareciera para disimular que lo habían matado, entonces no hubo otra salida que escapar y dejarnos solos).

Trato de recordar con exactitud cuánto tiempo más nos quedamos en la aldea de Pamumús, pero no es posible. Lo único que recuerdo es de que luego salimos caminando por la montaña, no fue por donde siempre caminábamos, porque yo recordaba bien el camino para llegar hasta San Juan Comalapa (desde entonces no he regresado a la aldea de Pamumús, mis hermanos sí han regresado, yo no soportaría regresar a ese lugar. Si regreso puede ser que recuerde muchas cosas y me pondría más triste). Caminamos mucho tiempo cargando con las pocas pertenencias que eran posibles llevar.

Luego llegamos a San Juan Comalapa, nos quedamos una noche en casa de mi tío. Al día siguiente mis hermanos decidieron viajar a la Antigua Guatemala, ya que el internado del Instituto Nuestra Señora del Socorro lo habían trasladado a la Antigua Guatemala. Yo me quedé con mi hermano Pedro por algún tiempo en casa de mi tío. Mi tío me quería mucho, recuerdo que me compró un par de zapatos porque yo en pocas ocasiones usé un par de zapatos en la aldea donde vivíamos, pero esos zapatos que compró mi tío me lastimaban porque no estaba acostumbrado a usar zapatos. Mi hermana Luisa se quedó regalada con mi abuela, ella la quería mucho pero Luisa no se sentía bien y fue por eso que no se quedó por mucho tiempo con ella. Luego un día mi hermano Pedro decidió que fuéramos a buscar a mis otros hermanos. Nosotros queríamos estar juntos y fue así como viajamos a la Antigua Guatemala a buscar el Instituto Nuestra Señora del Socorro. Cuando encontramos a mis hermanos, ellos se extrañaron al vernos porque no era lo que habían planeado puesto que no podíamos estar todos en ese internado, ya que este internado era sólo para señoritas. Mi hermana Patricia habló con la monja que era la directora, para que nosotros nos pudiéramos quedar por algún tiempo en el internado. La superiora aceptó que nos quedáramos por algún tiempo. Luego la madre superiora ayudó a mi hermana Patricia para encontrar un lugar donde pudiéramos estar cada uno de mis hermanos, fue así como viajamos a la capital y la madre superiora nos llevó a un internado que se llama Hogar del Niño, éste era dirigido por monjas italianas, que recogían niños huérfanos. Este internado sólo aceptaba niños, no niñas. Entonces me dejaron sólo a mí. Recuerdo que cuando me dejaron, me dijeron que ya iban a regresar, que sólo iban a comprar un helado. Yo preguntaba por mis padres, pues yo no sabía qué había sucedido con ellos, yo lloraba, lloraba y lloraba hasta que me dejaron a la fuerza pues no podían hacer otra cosa. Recuerdo que me costó demasiado, porque yo no podía hablar español, sólo hablaba cakchiquel y ese internado estaba dirigido en su mayoría por monjas italianas y colombianas y de los niños nadie hablaba mi lenguaje. Recuerdo que perdí el primer año en la escuela, pero en ese año aprendí a hablar un poco el español, el siguiente año repetí primero primaria en la cual tuve una maestra de origen colombiana. Era muy buena gente, ella era como mi madre. Inclusive me quería llevar a su país, pero yo no quería porque quería estar con mis hermanos, aunque los miraba muy poco.

Pero paralelo a esto la superiora del Instituto Nuestra Señora del Socorro buscó un lugar donde pudieran estar el resto de mis hermanos. Mis dos hermanos, Pedro y Jorge, se quedaron en el Instituto Indígena Santiago, este era otro internado para hombres indígenas. Lo que me da más tristeza aún es de que la menor de mis hermanas, quien se llama Laura, en esa época tenía tres años de edad, lo que quiere decir de que a la hora de que mis padres desaparecieron ella tenía escasos dos años de edad, ella era la que más necesitaba del cuidado de mi madre, pues ella era una bebita. Localizaron un lugar llamado Mather Orphanorum en la ciudad de Guatemala, ésta estaba dirigida por monjas. En este internado costó mucho que las aceptaran [a mis hermanas] puesto que Laura era demasiado pequeña y requería un cuidado especial y Natalia usaba el traje indígena de San Juan Comalapa y ella no se lo quería quitar. De tanto insistir lograron que ellas se quedaran en ese internado. Lo que me contaron después fue de que mi hermana Laura estuvo a punto de morir pues ella estaba muy pequeña y el trato y la alimentación que les daban no era el adecuado para ellas, pero gracias a Dios logró sobrevivir. Mi hermana Natalia permaneció en ese internado hasta que se graduó de Perita Contadora y mi hermanita Laura, sólo estuvo hasta sexto primaria, ya que mi hermana Natalia se había graduado y mi hermanita no quería estar sola. Natalia empezó a estudiar en la Universidad de San Carlos de Guatemala pero no pudo terminar. Laura se graduó en el Instituto Nuestra Señora del Socorro de Maestra en Educación Primaria. Luego empezó la carrera de Derecho en la Universidad de San Carlos de Guatemala, pero por problemas no pudo terminar. Quizá algún día puedan continuar mis hermanas estudiando en la Universidad.

Mi hermana Luisa se quedó en el Instituto Nuestra Señora del Socorro hasta que se graduó de Maestra de Educación Primaria. Luego siguió sus estudios en la Universidad Rafael Landívar por medio de una beca, actualmente es Licenciada en Educación Bilingüe Intercultural.

Todos tuvimos experiencias diferentes en cada internado en que estuvimos, pero quiero referirme al Hogar del Niño, donde a mí me tocó estar. En este lugar estuve seis largos años. Digo seis largos años porque no fueron los mejores años. En el primer año extrañé mucho a mis padres y a mis hermanos, ya que mis hermanos me visitaban muy poco y yo me ponía demasiado triste y lloraba mucho. Y esto no lo podían entender las monjas que me cuidaban puesto que tenían que cuidar muchos más niños y no podían atender sólo a mí. Además, nunca me contaron por qué ya no regresamos a la aldea Pamumús (aunque muy humilde pero allí éramos felices), por qué ya no estábamos con nuestros padres.

Pasé momentos muy tristes, como cuando a los demás niños los visitaban sus familiares o cuando tocaban salidas para irse a sus casas y a mí nadie me visitaba y yo no tenía a dónde ir.

Recuerdo especialmente cuando tenía más o menos diez años de edad. Nos llevaron con el doctor al centro de la ciudad, a varios niños que teníamos problemas con los ojos, esa vez viajamos en bus y nos iba cuidando una monja, yo estaba tan emocionado viendo los edificios, los carros, tanta gente, tantas ventas, que no me di cuenta en qué momento se bajaron los demás niños con la monja. Estaba perdido en una ciudad en la que nunca había estado. Lloré demasiado, no sabía qué hacer. Caminé durante horas por las calles, hasta que un policía me preguntó: ‘¿Por qué lloras?’ Y yo le contesté que estaba perdido, que estudiaba en el Hogar del Niño. El buen policía me obsequió un quetzal y me dejó en un bus indicándole que me dejara en el Hogar del Niño. Yo iba a la par del chofer, pero sorpresa, cuando me dijo el chofer que ya íbamos llegando y me señaló que allí estaba la Casa del Niño, me puse a llorar y le dije que ese no era el Hogar del Niño. El chofer me dio comida pues ya era hora del almuerzo y yo no sabía en qué lugar me encontraba. El bus había recorrido toda la ciudad, luego el chofer continuó su rumbo y me dio indicaciones de que bajara en el lugar que él me iba a indicar y que allí abordara un bus que tenía el número diez (de suerte ya sabía leer y escribir) y así lo hice. Cuando me subí al bus con el número diez, me sentí más perdido, pues no sabía a dónde iba a parar, pero me senté a la par del chofer y le indiqué que quería llegar al Hogar del Niño que quedaba en la zona siete, y este me indicó que sí lo conocía. El bus se tardó mucho en llegar a la zona siete, cada minuto que pasaba me asustaba más pues no conocía los lugares en que el bus iba pasando. Me sentí feliz cuando vi un centro comercial que en esa época se llamaba La Samaritana (actualmente se llama La Económica, que de económica no tiene nada) y rápidamente le indiqué al chofer que allí me quedaba. Al bajar no sabía qué hacer, tenía mucho miedo de lo que me fueran a decir. Caminaba y caminaba cada vez con más miedo y con ganas de llorar. En un momento pensé que era mejor quedarme perdido, cuando de repente vi a mi hermano Pedro (Pedro estaba internado enfrente del internado del que yo estaba). Lo llamé y le conté lo que había sucedido, pero antes de que le contara ya me había puesto a llorar amargamente. Él me tranquilizó y me llevó al Hogar del Niño. Las monjas se pusieron muy felices cuando me vieron, porque había regresado, me abrazaron y me dijeron que la mayoría de las monjas habían salido a buscarme. Me pidieron que les contara cómo había regresado solo, pero no se los pude contar, porque lloraba mucho. En ese momento pensé que sí existían personas que se preocupaban por mí, pero no era suficiente, yo quería el cariño de mis padres y de mis hermanos.

Ésta es sólo una de las cosas que me pasaron, todos mis hermanos tuvieron diferentes experiencias. Mi hermana Patricia no podía estar atenta con los seis hermanos. Ella empezó a trabajar como maestra de Educación Primaria en una aldea del municipio de Sumpango. Patricia tenía que caminar muchísimo para llegar a esa aldea, ella ganaba ochenta quetzales mensuales, ese dinero no le alcanzaba para mantenerse ella, mucho menos a los otros seis hermanos.

Nosotros pasamos muchas penas de todo tipo. Otra de las cosas que en su momento no le puse mucha importancia porque yo era un niño que apenas empezaba a comprender el mundo, fue cuando yo empecé a viajar solo hacia la Antigua Guatemala. Un día mi hermano Jorge llegó a visitarme, pero sólo para avisarme que no llegara por un buen tiempo a La Antigua porque a mi hermana Patricia se le había muerto un bebé y que nadie me podía atender. Yo me quedé pensando mucho porque nunca tuve la oportunidad de ver a mi hermana embarazada y casi no llegaba a visitarlos y ahora menos aún con la pérdida de mi sobrino. Es muy doloroso escribir todo esto, porque en ese momento sufría muchas cosas que un niño normal no tenía que sufrir, hasta ese momento yo nunca volví a preguntar por mis padres.

Yo estudié seis años en el Hogar del Niño y luego estudié en otro internado de sacerdotes italianos, que se llama Centro Vocacional San José, en este internado estudié por tres años (en este internado me tuve que escapar el último año debido a que ya no quería estar encerrado).

Esta parte de mi historia que continúa es la que muy pocos conocen. Quizá sea la más triste porque yo ya podía comprender mejor las cosas, esto fue cuando yo era más grande y ya podía comprender más las cosas. En una ocasión, mis hermanos Pedro y Jorge (ellos estaban estudiando el último año para graduarse como Maestros de Educación Primaria) me llevaron a un municipio que se llama Sumpango. Ellos me llevaron a un lugar donde vivía un señor. Mis hermanos estaban haciendo sus prácticas en Sumpango y vivían con ese señor, y yo también llegaba de vez en cuando con ese señor. Este hombre tenía una esposa muy amable y servicial, también tenían un hijo. Por mucho tiempo tuvimos mucha relación con esta familia, pero yo me preguntaba quién será este hombre. Nunca se lo pregunté a nadie, así como no preguntaba nada de lo que nos había sucedido en el pasado y nadie se atrevía a contármelo (ahora les doy la razón del porqué no me lo contaban).

Poco a poco mis hermanos me empezaron a contar algunas cosas, y a mí me causaba mucha tristeza lo que me contaban y no lo podía creer. Un día platicando con un amigo de mis hermanos, me dijo algo que no olvido, este señor me dijo que: EL SEÑOR A QUIEN ÍBAMOS A VISITAR A SUMPANGO ERA MI PAPÁ. Yo me quedé callado y no sabía qué contestarle, porque mis hermanos me contaban que a mi papá y a mi mamá los habían secuestrado y los soldados los habían matado. Yo no comenté esto que me había contado aquel amigo de mis hermanos, hasta que un día le conté a mi hermano Jorge lo que ese señor me había contado y él me contestó que no era cierto y que no le hiciera caso porque él estaba bromeando (la verdad era de que no querían que yo lo supiera porque lo podía contar, y en ese entonces nos estaban controlando). Entonces le creí más a mi hermano que al señor. Porque el señor que era mi supuesto papá vivía con su esposa y su hijo, entonces era imposible que fuera mi papá.

Pasaron tres años (cuando mis hermanas Natalia y Luisa se graduaban como Perita contadora y maestra, respectivamente), y hasta entonces yo tuve la oportunidad de volver con este señor a Sumpango (menciono mucho a este señor, porque no le sabía el nombre, nadie le decía su nombre, a mí siempre me decían que era un amigo). A mí me extrañaba mucho el hecho de que este señor siempre lo encontrábamos viviendo en diferentes lugares. Nunca lo encontrábamos viviendo en la misma casa, constantemente se cambiaba de casa. Pero bueno, cuando volví a ver este señor, vivía entre la milpa, muy alejado del centro del pueblo. De hecho en todas las casas en la que él había estado tenían la característica de que estaban muy lejos del pueblo. Siempre había que caminar mucho, en esta ocasión estaba muy lejos del pueblo. El señor nos entró a su humilde vivienda, como siempre nos ofrecía algo de comer o de tomar. Yo ya me había familiarizado con este señor, para mí sólo era un conocido más. Mi hermano Pedro platicó un buen rato con este señor en privado y luego el señor nos regaló una caja de tomate y otras verduras. Nos despedimos y nos retiramos. Estábamos esperando la camioneta cuando en un momento Pedro rompió el silencio que nos invadía para decirme lo siguiente: ‘ESTE SEÑOR A QUIEN VENIMOS A VISITAR TANTO ES NUESTRO PADRE’.

(Para quien esté leyendo estas líneas quiero que sepa, que en este momento derramo unas lágrimas, me tomo un descanso para poder volver a escribir, no es fácil contarlo, para mí, quisiera superar esto pero me cuesta mucho trabajo, quizá algún día pueda superarlo.)

Yo me quedé completamente callado, porque después de diez años mi padre resultaba ser aquel hombre que hacía aproximadamente cinco años conocía. Me hice las siguientes preguntas: ¿Por qué él no vivía con nosotros? ¿Por qué nos abandonó? ¿Por qué no me lo contaron cuando yo lo conocí?

Yo no sabía qué decir, yo tomaba a este buen hombre como una persona más que nos quería ayudar (en el transcurso de mi vida ha habido muchas personas que nos han extendido la mano para ayudarnos sin ningún interés). Yo me quedé absolutamente callado, no sabía qué decir, no sabía qué hacer, no sabía si ponerme a llorar o salir corriendo y abrazarlo por el re-encuentro. Pero no, no hice nada, ni dije nada y Pedro no me dijo nada más, solamente me dijo que no me lo habían dicho antes porque yo era demasiado pequeño y que no lo podía entender. Yo no le reclamé nada, no le dije nada, yo estaba totalmente confundido. Esto nunca se lo comenté a nadie, no tenía una persona de confianza a quién contárselo. Por las noches pensaba mucho y lloraba mucho, me hacía miles de preguntas, como la siguiente: ¿por qué mi papá no nos buscó antes para que estuviéramos juntos? ¿Por qué mi papá tiene otra esposa y en ese momento ya tenía tres hijos con la otra esposa? ¿Será que mi madre también vive y solamente que no sabemos dónde está? Yo me hacía miles de interrogantes, pero no se lo preguntaba a nadie, todo me lo tragué yo solo. Yo vivía y sigo viviendo siempre pensativo, triste, tímido, tragándome todos mis problemas. Yo pregunto muy pocas cosas a mis hermanos, pero cuando nos reunimos todos los hermanos, a veces empiezan a contar cosas que nos pasaron y aprovecho para enterarme de más cosas de mi pasado, de nuestro pasado.

Yo me preguntaba por qué mi padre buscó hacer otra familia, y me preguntaba si mi madre estaba viva por algún lugar de Guatemala o México. Me duele mucho decir que me costaba y aún me cuesta decirle papá a este señor, ya que ya lo conocía y nunca le había dicho papá, y además no me gusta que él tenga otra familia, porque si él no tuviera otra familia él podría vivir con nosotros. Durante el regreso a casa nadie comentó nada, todos íbamos muy pensativos, yo pensaba y me preguntaba ¿hasta cuándo lo volveremos a ver, para que yo tenga la oportunidad de hacerle las preguntas que siempre había querido hacerle?

La única persona que sabe más o menos de todo esto es doña Lucía, porque luego del reencuentro, yo se lo conté. Ella es la única persona que me ha sabido escuchar, me ha dado alientos para seguir adelante. Yo le contaba a ella que no me sentía bien decirle papá, pero que lo respetaba mucho. (Le agradezco a ella por escucharme y entender mis lágrimas.)

En Guatemala se celebra el 17 de junio, el día del padre. En una ocasión yo decidí ir en busca de mi padre al departamento de Chimaltenango. Me costó demasiado, caminé mucho, su casa estaba demasiado lejos, pero al fin encontré la casa. Al llegar a la casa encontré a su esposa y sus hijos, me entraron a la casa muy humilde, y me ofrecieron algo de tomar. Luego les pregunté sobre mi padre y me dijeron que se había ido a trabajar al campo (yo me puse muy triste porque era el día del padre y creo que él no lo sabía). Les pregunté dónde estaba trabajando y lo fui a buscar. Recuerdo que caminé bastante, pero lo encontré limpiando la milpa. Como la milpa estaba muy pequeña fue fácil verlo. Me conmovió mucho verlo trabajar, porque cuando lo encontré lo observé detenidamente y lo vi trabajando con un azadón. Él trabajaba muy lentamente. Me acerqué muy lentamente hasta que él se dio cuenta de mi presencia.

Lo saludé, no pude decirle ¡feliz día del padre! No sé por qué no se lo dije, le hablé y le dije que me diera un poco de tiempo para hablar con él, y me contestó que sólo sería un momento porque el dueño del terreno no quería que estuviera descansando. Lo único que le dije fue de que quería saber mi historia, nuestra historia. Él empezó diciéndome lo siguiente:

Que en San Juan Comalapa existían unas personas muy malas (mi padre me dijo los nombres de esta gente y que actualmente viven, pero no pude retener los nombres de esta gente). Una de estas personas estaba enamorado de mi madre, pero como mi padre se casó con ella, le tenían un rencor a mis padres. Fue tanto el rencor que esta gente mala le informó a los soldados del gobierno de Ríos Montt que mis padres eran guerrilleros y que mi hermana Patricia estaba estudiando con el dinero que la guerrilla le estaba dando y fue por eso que los soldados habían secuestrado a mi madre. Posteriormente, unos hombres mandados por el ejército lo buscaron a él para matarlo, pero gracias a Dios estos hombres no eran tan malos y le dijeron que tenían la orden de matarlo pero que ellos conocían a mi padre y que él no tenía nada que ver con la guerrilla y le dieron la oportunidad de que se fuera muy lejos y que nunca se supiera más de él y ellos iban a informar que lo habían matado y que el cuerpo lo habían desaparecido. Fue así como él esa misma noche salió de la casa y viajó para Escuintla. Lastimosamente, en esa época los soldados se enteraban de todo, y se enteraron que mi padre estaba en una finca de Escuintla, fue así como viajó al departamento del Petén. Allí vivió por mucho tiempo, en todo este tiempo mi padre sabía de nuestra existencia, él sabía dónde estábamos viviendo, pero también sabía que los soldados nos estaban vigilando para ver si él se unía con nosotros. Luego él viajó a Sumpango y fue entonces cuando mis hermanos se acercaron a él, pero él ya estaba viviendo con otra mujer y tenía un hijo con ella (me contó muchas cosas que vio y vivió cuando estaba en el Petén, vio muchas masacres, a mí me conmovió bastante. Gracias a Dios él estaba vivo y nosotros también). Mi próxima pregunta fue: ‘¿Y mi madre? ¿Qué fue de mi madre? ¿Está viva mi madre?’ Él me respondió que él estaba enterado de que la habían matado los soldados y que la habían enterrado en un cementerio clandestino que se encuentra en un destacamento militar en San Juan Comalapa.

Me despedí de él con mucha tristeza, me dio mucha rabia que por una estupidez hubieran involucrado a mis padres con la guerrilla. Mis padres eran humildes, trabajadores, ellos no sabían nada de comunismo y por esa estupidez cambiaron el destino de nuestras vidas.

Actualmente, en el cementerio clandestino ubicado en San Juan Comalapa se están realizando exhumaciones y se han encontrado más de cien restos de personas que han sido enterradas en ese lugar. Cuando yo fui por primera vez a ese lugar me sentí conmovido al ver, en una fosa en donde estaban trabajando los antropólogos, a los restos de un grupo de personas que según se miraba habían sido enterrados vivos, y así lo comentaban los antropólogos. En otra fosa se veían restos de gente que tenía el llamado tiro de gracia, otros que estaban mutilados, la cabeza la tenían entre las piernas. No quiero seguir mencionando esto porque lo único que se me viene a la mente es ¿cómo habrá muerto mi madrecita? Para poder encontrar los restos de mi madre hay que saber cómo iba vestida. La última vez que la vimos y la única que más o menos se recuerda es mi hermana Patricia. Viajamos en varias ocasiones a este lugar con la esperanza de encontrar los restos de mi madrecita. Nosotros estamos seguros de que sus restos se encuentran en ese cementerio clandestino porque un soldado que estuvo en ese lugar en esa época y que conocía a mi madre, nos contó que a ella la habían asesinado en ese lugar.

Me sentí muy triste cuando un amigo de San Juan Comalapa me contó que habían localizado un horno gigante y que un soldado había dado su testimonio de que en ese horno gigante quemaban a las personas y que sólo quedaban las cenizas. Yo ya no quería saber nada, porque cada cosa la asociaba con la muerte de mi madre.

ESTO ES LO QUE ME TIENE TRISTE, PORQUE POR UNA ESTUPIDEZ ASESINARON A MI MADRE. POR UNA ESTUPIDEZ SE DESINTEGRÓ MI FAMILIA, POR UNA ESTUPIDEZ PERDÍ MI LENGUAJE, PERDÍ MI CULTURA, PERDIMOS NUESTRAS PROPIEDADES PORQUE NUNCA MÁS VOLVIMOS A NUESTRA ALDEA. EN CONCLUSIÓN PERDIMOS TODO. EN REALIDAD ES POR MI MADRE QUE LLORO. ELLA NO TENÍA QUE SUFRIR ESTO. YO NO SÉ LA FORMA EN QUE ELLA MURIÓ. ESA GENTE MALA NO TENÍA DERECHO DE QUITARLE LA VIDA A MI MADRECITA SANTA. ELLA NO SE LO MERECÍA.

¡MADRECITA LINDA EN DONDE QUIERA QUE ESTÉS, QUIERO DECIRTE QUE TE QUIERO MUCHO Y NUNCA TE OLVIDARÉ. TÚ SABES MUY BIEN QUE ALGUIEN HARÁ JUSTICIA, TE AMO MUCHO!

Pero gracias a Dios nosotros con todas nuestras limitaciones, con todos nuestros sufrimientos, y que gracias a personas muy ajenas a nuestra familia nos ayudaron a salir adelante. Gracias a la Maya Educational Foundation que me otorgó una beca, que al graduarme tengo que rembolsar, pero creo que todo es posible.

Espero graduarme como abogado y notario en diciembre del año 2005, y trabajar para las personas de escasos recursos, porque me pongo a pensar que cuando nosotros en algún momento de nuestra vida necesitamos ayuda no la obtuvimos porque somos de escasos recursos.

Yo quisiera que en Guatemala reinara la paz, la tranquilidad, la justicia y el amor. Yo quisiera que todos los guatemaltecos fueran iguales, que no hayan desigualdades por raza, cultura, religión, etnias, y formas de pensar. Todo esto influyó que yo estudiara la carrera de derecho, ya que en la situación que me encuentro no podía estudiar la carrera que de verdad quería estudiar que era la carrera de Arquitectura. No podía por el tiempo que requiere la carrera y por los gastos que conlleva. Yo trabajaba los fines de semana, desde viernes en la noche, sábado y domingo todo el día y si era necesario trabajaba algunos días entre semana, pero estoy feliz con mi carrera, porque puedo ayudar a mucha gente.

Estoy muy contento porque estoy por formalizar mi relación con mi novia Ana, ella está esperando un bebé precioso y yo seré un padre responsable. No quiero que a mi hijo le falte el cariño de un padre, quiero que él sea una persona de bien. A mi hijo cuando crezca le contaré mi pasado para que él reflexione y aprecie la vida y aprenda a respetar los derechos de los demás. Quiero que él aprenda que sus derechos se terminan en donde empiezan los derechos de los demás. Estoy muy feliz con Ana, porque ella me comprende. Ella está conmigo en las buenas y en las malas, es muy trabajadora y sé que será una buena madre. La amo mucho.

Espero que se entienda lo que he escrito. Traté de escribir lo más coherente posible. Creo que escribí algunas cosas de más que quizá para algunos no tiene importancia y también hay algunas cosas que he dejado de escribir, ya sea porque se me olvidó en su momento o porque talvez alguien en determinado momento piense que estoy exagerando. Claro que no es toda mi historia, pero si hay alguna pregunta sobre algún punto que no esté bien claro, pueden preguntármelo de cualquier forma. Quiero que no sientan pena por preguntar algo. Esto me ayudará a recordar cosas que se me hayan olvidado.

Finalmente, quiero agradecerles el humanismo y solidaridad que demuestran hacia la población maya. Quiero agradecer por interesarles mi vida y la de mis compañeros ya que, como lo mencionaba al principio, nadie se había interesado en mi pasado, en mi historia. Es la primera vez que escribo mi historia muy resumidamente. A veces el que no lo ha vivido pensará que exagero.

Espero que me comprendan, que me entiendan, ya que en un momento sentí que ya había superado lo que siento, sentí que podía contar mi historia con tranquilidad, pero no es así. El once de marzo, a las tres de la tarde, me di cuenta que no lo había superado. Al escuchar cada historia de mis compañeros, me sentía muy conmovido y cuando me tocaba sentí un nudo en la garganta y no pude hablar. Desde entonces he estado muy triste recordando muchas cosas, hay momentos en los que estoy solo, me pongo a llorar. Cuando camino a la biblioteca me han encontrado llorando, en las noches por lo regular lloro. Me da pena contar esto, porque alguien pensará que exagero. La verdad es de que sólo el que le ha tocado vivir estas injusticias lo siente y lo comprende.

Quiero decirles que lloro la muerte de mi madre, la forma en que murió, la razón de su muerte (es una razón estúpida y sin sentido). Lloro el no poder darle cristiana sepultura y que haya un lugar donde dejarle un ramo de rosas. En conclusión LLORO LA MUERTE DE MI MADRE.

Gracias por ser mis amigas, por escucharme y comprender mi pasado, esto que me pasó no se lo deseo a nadie.

Eliseo

I hope you understand the spirit of what I wrote, I hope it will be translated word for word, so that it won’t change the sentiment. Sorry if there is any mistake or some words crossed out, but each time I wrote, I became very nervous. If there’s anything you don’t understand, please ask me about it. I noticed that it feels very good to write about my past. I would like to write my story more technically, more orderly, so that it can be understood better, maybe someday I will be able to do it.  Thanks for listening and reading my story.

In this moment, I prepare myself to write my story, I try to remember everything possible, I’m going to try to write all that I remember and all that they have told me, it’s my own story— very sad, but my own. It’s a story that never has been told or listened to in its entirety, no one has ever interviewed me. I’m a victim that has maintained his story in silence, and I write it now hoping that those who read it believe all of it, please. I will not write any lie here, and I hope that the translation will be the most accurate possible so that it won’t confuse what I am trying to tell you.

It makes me very sad to remember that I was only five years old, when these wretched men took away from me what I most loved—they took away my father and my mother.We lived in a very humble house in the village of Pamumús (which in Spanish, means place of rainy weather).This village belongs to the municipality of San Juan Comalapa, in the department of Chimaltenango. It was a very humble village.  To get to it, you had to walk a lot of time through the mountains. I remember that you had to cross a river where I used to love to play.  My life for those first five years was normal. I played, laughed, cried, always had my parents and siblings near me. In my house we had chickens that gave us many eggs, pigs, some cows, and a dog that I played with (we had to leave all the little animals).  Then, what I remember is that one day they all left, and I was left only with my sister Luisa—they didn’t tell me where they went. What I remember is that that day they did not return. My family didn’t come back until the following day, but when they did, not everyone that had left returned.We never again saw my mother nor one uncle.

When I grew up, they told me that when they left me in the house with Luisa, they had gone to the graduation of my older sister, Patricia. My sister was going to receive her degree as a teacher in primary education. She studied in the nuns’ boarding school called the Indigenous Institute of Our Lady of Mercy, in Guatemala City. And due to the distance, they hadn’t been able to return to the village, so they stayed at my uncle’s house. Then, the next day, they started walking towards Pamumús, and as they went walking, some men blocked off their path, and without explanation, they took my mother and one uncle.Then they told my siblings and other family members that they should go quickly, without turning around to look, because if they didn’t, the men would kill them. They had to obey the orders of the damned soldiers because they were afraid of being killed, except my brother Pedro, who very bravely told them that they should take him instead of my mother, but they hit him and told him brusquely,‘No.’ I don’t know if they took anyone else. We never again saw my mother. My uncle emigrated, first to the Petén, and then to Mexico, because they were chasing him to kill him.

It’s not easy to remember and write this.  Because when one graduates, it’s a reason to be happy and have parties, these tragedies turned off our happiness. I think of how my sister must have felt in this moment—no one could explain why they had taken my little mother, nobody could give us an explication. But the nastiness of these people didn’t end there. I remember, some time had passed, (I don’t remember exactly how long it was). One night, when my mother was no longer with us, they knocked on the door.  We were very scared.  We lived with a lot of fear ever since they kidnapped my mommy. I remember that one of my brothers opened the door and a man asked for my father. My father came out to see what was going on (note that my father was one of the leaders of the village of Pamumús. He was a very active man, he liked to work for the family and for the village. He had a very strong character, and we had to obey him or he would punish us.) My father spoke for a good amount of time with the men, and afterwards, he spoke with my older brothers and then he went out into the darkness. Like always, they didn’t tell me anything of what was happening.

(When I was old enough, they told me that my father had to leave in a hurry because people were searching for him to kill him, and these men that had come knocking on the door had been sent by the military to kill him. But instead they just told him to disappear to make it look like he had been killed, and there was no other way but for him to escape and leave us to ourselves.)

I try to remember with accuracy how much longer we stayed in the village of Pamumús, but it’s not possible.The only thing I remember is that later, we left, walking in the mountains, but it wasn’t where we always walked, because I remembered well the path that went to San Juan Comalapa (since then I haven’t returned to Pamumús, my siblings have, but I could not return to this place. If I return, it could end up that I remember many things that would make me even more sad). We walked for a long time, carrying the least necessities possible.

Then we arrived at San Juan Comalapa, and we stayed the night in my uncle’s house.The next day, my siblings decided to travel to Antigua, Guatemala, since the School of Our Lady of Mercy had relocated to Antigua, and I stayed with my brother Pedro for some time in my uncle’s house. My uncle loved me very much—I remember that he bought me a pair of shoes, because I didn’t use to wear shoes very much in the village where we lived. But these shoes that he bought me hurt me, because I wasn’t used to wearing shoes. My sister Luisa stayed with my grandmother, she loved her very much, but Luisa didn’t feel good there and, for this reason, she didn’t stay there very long. Then one day my brother Pedro decided that we would go to look for my other siblings.We wanted to be together, so that was how we ended up traveling to Antigua to look for the School of Our Lady of Mercy. When we found my siblings, they had missed seeing us, but we couldn’t all be in this boarding school because it was only for girls. My sister Patricia spoke with the nun that was the director, to see if we could stay there for some time.The director accepted that we would stay for a while.The director helped my sister Patricia find a place where we would all be able to stay, and it was like this that we traveled to the capital and the director brought us to a boarding school called Hogar del Niño (Home of the Boy), that was directed by Italian nuns that took in orphaned boys. So my siblings just left me there. I remember that when they left me they told me they were going to come back, and that they were only going to buy an ice cream. I asked about my parents, of course, I didn’t know what had happened to them, and I cried and cried and cried until I didn’t have the strength to cry. I remember that it was very hard on me, because I couldn’t speak Spanish. I could only speak Kaqchikel and this school was mostly taught by Italian and Colombian nuns, and none of the boys spoke my language either. I remember that I failed the first year in the school, but in this year I learned to speak a bit of Spanish, and the next year I repeated the first year of school and had a Colombian teacher. She was a very good person, like my mother. She even wanted to bring me to her country, but I didn’t want to go because I wanted to be with my siblings, even though I rarely saw them.

Meanwhile, the director of the School of Our Lady of Mercy looked for a place where the rest of my siblings could stay, my two brothers—Pedro and Jorge—stayed in the Indigenous Institute of Santiago which was another boarding school for indigenous boys.What made me the most sad though, was what happened with my youngest sister, Laura.At that time, she was three years old, meaning that at the time my parents disappeared, she was only two years old, and it was she that most needed my mother’s care, she was only a little baby.They found a place called Mather Orphanage in Guatemala City that was directed by nuns. It was hard for them (my sisters) to get accepted to this school given that Laura was very small and needed special care. And Natalia, my other sister, wore the indigenous clothing of San Juan Comalapa, and she didn’t want to take it off. Only by much insisting did they get permission for the girls to stay at this boarding school.What they told me afterwards was that my sister Laura was close to dying because she was so tiny and the treatment and food wasn’t adapted for her and only thanks to God, did she survive. My sister Natalia stayed in this boarding school until she graduated as a skilled accountant, and my little sister Laura, she was only there until sixth grade, since Natalia had graduated and she didn’t want to be there alone. Natalia started studying in the University of San Carlos of Guatemala, but she couldn’t finish. Laura graduated from the School of Our Lady of Mercy as a teacher of primary education, and then began law studies in the University of San Carlos of Guatemala but because of problems, she couldn’t finish. Maybe some day my sisters can continue studying in the university.

My sister Luisa stayed in the School of Our Lady of Mercy until she graduated as a teacher of primary education.Then she continued with her studies in the University Rafael Landívar with a scholarship, and now she’s actually licensed in bilingual intercultural education.

All of us had different experiences in each school that we were at, but I want to refer to the Hogar del Niño where I ended up staying. I was there for six long years. I say six long years because they were not the best years. In the first year I missed my parents very much and I missed my siblings, since they visited me very little and I became very sad and cried a lot.  The nuns that cared for me couldn’t understand this, given that they had to care for many more boys and couldn’t care only for me. Moreover, they never told me why we didn’t go back to the village of Pamumús (though it was very humble, we were happy there), why we weren’t with our parents anymore.

I spent many sad moments, for instance, when the rest of the children’s families visited and when they were allowed outings to go to their homes, but nobody visited me and I didn’t have anywhere to go.

I remember especially when I was about ten years old.  They brought us to the doctor in the middle of the city—certain ones of us that had problems with our eyes—and on this occasion, we traveled by bus and the nun came with us to care for us, and I was so excited looking at the buildings, the cars, so many people, so many stores, that I didn’t notice when the other kids got off the bus with the nun. I was lost in the city, in a city where I had never been. I cried a lot, I didn’t know what to do. I walked for hours in the streets, until a policeman asked me, ‘Why are you crying?’And I answered that I was lost and that I studied in the school Hogar del Niño.  The police gave me one quetzal and left me on a bus, telling the driver that he should leave me at the Hogar del Niño. I rode alongside the driver, but surprise! he told me that we had arrived, and showed that here was the Hogar del Niño. I began to cry and I told him that this wasn’t the Hogar del Niño.  The driver gave me some food, since it was already lunch time, and I had no idea where I was.The bus had gone the whole length of the city, and then the driver continued his route and gave me directions that I should get off in the place that he would show me and that there, I would board another bus that had the number 10 on it (what luck that I could read and write).And that’s how I did it.When I got on the bus with the number 10, I felt more lost, since I didn’t know where it was going to stop, but I sat down next to the driver and told him that I wanted to arrive at the Hogar del Niño that was in Zone 7. He told that yes, he knew of the place.The bus took a long time to get to Zone 7 and every minute that passed, I got more scared, since I didn’t know the places that the bus was passing. I felt happy when I saw a market that at the time was called La Samaritana (actually it was called ‘La Económica,’ but it didn’t have any economy) and quickly I signaled the driver that I would get off here. Once I got off, I didn’t know what to do, I was very afraid of what the nuns were going to say to me. I walked and walked each step with more fear and urges to cry. At one point, I thought it was better to just stay lost, when all of a sudden I saw my brother, Pedro. I called him and told him what had happened, but before I could tell him everything, I had already started crying bitterly. He calmed me and brought me to the Hogar del Niño.The nuns were very happy to see me, because I had come back.They hugged me and told me that most of the nuns had gone out to look for me.They asked me to tell them how I got back on my own, but I couldn’t even tell them because I was crying so much. In that moment, I knew that there did exist people that worried about me, but it wasn’t enough. I wanted the love of my parents and my siblings.

This is only one of the things that happened to me, all of my siblings had different experiences. My sister Patricia could not care for six siblings. She started to work as a teacher in primary education, in a village in the municipality of Sumpango. Patricia had to walk a lot to get to the village, and she earned 80 quetzales (about $10) each month, which wasn’t even enough to support her, much less support her six siblings.

We had many sorrows of all types. Another of the things that at the moment didn’t seem very important because I was a small boy that had just barely started to understand the world, was when I started to travel alone to Antigua, one day my brother Jorge arrived to visit me, but only to tell me that I shouldn’t come to Antigua for a while because my sister Patricia had had her baby die, and no one was free to take care of me. I was left thinking a lot about why I had never had the opportunity to see my sister pregnant, and how she almost never visited us, and now even less since the loss of my nephew. It’s very painful to describe all of this, because at this time, I suffered from a lot of things that a normal boy wouldn’t have to suffer, and since this moment, I never again asked for my parents.

I studied six years in the Hogar del Niño, and then I studied in a different boarding school of Italian priests, called the vocational center of San José, and I studied there for three years. In this school, I had to skip the last year due to the fact that I didn’t want to be closed in anymore.

This next part of my story that follows is the part that very few know. Maybe it is the saddest because it was when I was older and could understand more about things, and on one occasion, my brothers Pedro and Jorge (they were studying in their final year in order to graduate as primary school teachers) brought me to the municipality of Sumpango, to a place where a man lived. My brothers were doing their work in Sumpango, and they lived with this man, and I also stayed with him once in a while.This man had a very kind wife and they also had a son. For much time we had many interactions with this family, but I asked myself, who would this man be? I never asked anyone else, just like I didn’t ask anything about what had happened to us in the past, and nobody told me about it. (Now I understand why they didn’t tell me about it.)

Little by little my siblings started to tell me some things, and what they told me caused me much sadness, and I couldn’t believe them. One day, talking with a friend of my siblings, he told me something that I do not forget.  This friend told me the man we had been going to visit in Sumpango was my father. I was dumbfounded and didn’t know how to answer him, because my siblings had told me that the soldiers had kidnapped and killed my mother and father. I didn’t tell my siblings what this friend had told me, until one day I told my brother, Jorge. He answered me that it wasn’t true, and that I shouldn’t believe the friend because he was joking. (The truth was that they didn’t want me to know, because then I might tell about it if the soldiers asked us). So I believed my brother more than the friend, because the man that was supposedly my father lived with his wife and son, so it was impossible that he be my father.

Three years passed, (in which my sisters Natalia and Luisa graduated as accountant and teacher, respectively) and during that time, I had the opportunity to go back to the man in Sumpango (I mention this man a lot, but I never knew his name, they only told me that he was a friend). He missed me a lot.The fact was that we always found this man living in a different place. We never found him in the same house, he changed houses constantly, but, well, when I returned to see him this time, he lived out in the fields, very far away from the center of the village. In fact, all the houses that he had lived in had the characteristic of being very far from the village.  We always had to walk far, and this time it was very far from the village.The man let us into his humble house and, as usual, he offered us something to eat or to drink. My brother, Pedro spoke for a good while with him in private and then the man gave us a box of tomatoes and other vegetables.We said goodbye, and we left.We were waiting for the bus when in one moment, Pedro broke the silence that had invaded to tell me the following: ‘This man that we come to visit so much is our father.’

(For whoever is reading these lines, I want them to know that in this moment, I spill some tears, I take a rest in order to be able to return to writing. It’s not easy for me to tell about this, I would like to overcome this, but it is very hard for me.)

I stayed completely quiet, because after 10 years, my father ended up to be this man that I had known for about 5 years. I asked myself the following questions: Why doesn’t he live with us? Why did he abandon us? Why didn’t they tell me this when I first met him?

I didn’t know what to say, I took this good man as a person that wanted to help us. (In the course of my life, there have been many people that have extended their hand to us to help us for no reason). I stayed absolutely quiet, I didn’t know what to say, I didn’t know what to do, I didn’t know whether to start crying or leave running and hug him for the reuniting. But no, I didn’t do anything, nor did I say anything. Pedro didn’t say anything else to me, he just told me that they hadn’t told me before because I was too young, and that I wouldn’t understand. I didn’t protest at all, I didn’t say anything, I was completely confused. I never told anyone this, I didn’t have anyone I could trust that I could tell. During the nights, I thought a lot and cried a lot, I asked myself thousands of questions, like the following: why didn’t my father look for us earlier so that we could be together? Why does my father have another wife and, at that moment, he had three kids with the other wife? Was it possible that my mother also was alive and we just didn’t know where she was? I asked myself thousands of questions, but I didn’t ask them of anyone else. I swallowed everything alone. I lived and continue living always pensive, sad, timid, swallowing all of my problems. I ask my brothers very few things, but when we all get together, sometimes they start to tell about things that happened to us and I take advantage of this to learn about more things from my past, from our past.

I asked myself why my father looked to have another family, and I asked myself if my mother was maybe alive in some place in Guatemala or Mexico. It hurt me a lot that it was hard for me, but it was hard for me to say ‘dad’ to this man, since I had already known him, and had never called him dad. Moreover, I didn’t like that he had another family, because if he didn’t have the other family, he would have been able to live with us. During the trip home, nobody said anything, we all were very pensive. I thought and asked myself,‘When are we going to see him again?’ so that I could have the opportunity to ask the questions that I had always wanted to ask him.

The only person that knows more or less all of this is the woman Lucía, because after the re-meeting, I told her everything. She is the only person that has known how to listen to me. She has given me breath to keep moving forward. I told her how I didn’t feel comfortable calling him ‘dad,’ but that I respected him a lot. (I’m very grateful to Lucía for listening to me and understanding my tears.)

In Guatemala, we celebrate the 17 of June, the Day of the Father. On one occasion, I went to look for my father in the department of Chimaltenango. It was very hard, and I walked a lot, his house was very far away, but in the end I found him.  When I arrived, I found his wife and her kids, I entered the very humble house, and they offered me something to drink.Then I asked them about my father, and they told me that he had gone to work out in the fields (I was very sad because it was the Day of the Father and I thought that he didn’t know it.) I asked them where he was working and I went to look for him. I remember that I walked a lot, and I found him picking the crops. Since the crops were very small it was easy to see him. It affected me a lot to see him work, because when I found him, I saw him thoroughly, and I saw him working with a hoe. He worked very slowly. I slowly got closer, until he noticed I was there.

I greeted him, but I couldn’t say Happy Father’s Day! I don’t know why I didn’t say it, I spoke to him and asked him if he could give me a little time to talk with him. He told me that only if it would just be a moment, because the owner of the land didn’t want him to be resting.The only thing I said was that I wanted to know my story, our story. He began telling me the following:

In San Juan Comalapa, there are some very bad people. (My father told me the names of these people that are actually alive, but I couldn’t remember their names.) Some of these people were in love with my mother but since my father married her, they resented my parents. It was so much resentment that these bad people told the soldiers of the government of Rios Montt that my parents were guerrillas and that my sister Patricia was studying with the money that the guerrillas were giving her. It was for this reason that the soldiers had kidnapped my mother. After that some men sent by the army looked for my father to kill him, but thank God these men were not as bad, and they told him that they had been ordered to kill him, but that they knew him and that they knew he didn’t have anything to do with the guerrillas.They gave him the opportunity to go very far away so nothing more was ever known of him, and they went to inform the army that they had killed him and hidden the body. So that was how that same night he left the house and traveled to Escuintla. Sadly, at this time, the soldiers found out about everything, and they found out that my father was in a farm in Escuintla, and that was why he traveled to the Petén. He lived there for quite a while, and for all this time he didn’t know anything of our existence. He knew where we were living, but the soldiers also knew, and they were watching us to see if he would come to us. Afterwards, he made the trip to Sumpango, and that was when my siblings were close to him, but he was already living with another woman and had one child with her (he told me many things that he saw and lived when he was in the Petén, he saw many massacres, and this affected me a lot. Thank God that he was still alive and we were, too.)

My next question was,‘And my mother?  What happened to my mother? Is she alive?’ He told me that he found out that the soldiers had killed her and buried her in a clandestine cemetery that was in a military camp in San Juan Comalapa.

I said goodbye with much sadness, and I was very angry with the stupidity of the men who had assumed that my parents were involved with the guerrillas. My parents were humble workers, they didn’t know anything about communism, and for this stupidity, the men changed the destiny of our lives.

Actually in the secret cemetery located in San Juan Comalapa, they are doing exhumations and they have found more than one hundred corpses of people that had been buried in this place.When I went for the first time to this place, I felt very moved to see it. In a pit where some anthropologists were working on the corpses of a group of people that looked like they had been buried alive, and that was what the anthropologists commented. In another pit you could see remains of people that had had the so-called ‘shot of grace’, others were mutilated with the head between their legs. I don’t want to keep mentioning them because the only thing that came to my head was, how did my little mother die? To be able to find the remains of my mother, I had to know how she was dressed the last time we saw her, and the only person who remembered, more or less, was my sister Patricia.We traveled to this place various times with the hope that we would find the remains of my mother. We are sure that her remains would be found in this cemetery because one soldier that was in this place at the time knew my mother and he told us that she had been assassinated there.

I felt very sad when one friend from San Juan Comalapa told me that they had found a giant oven and that one soldier had given testimony that in this giant oven, they burned the people and that all that was left were their ashes.Then I didn’t want to know anymore, because I associated everything with the death of my mother. *

This is what has me so sad.  Why, for some stupid reason, did they kill my mother? For some stupidity they disintegrated my family. For some stupidity I lost my language, I lost my culture, we lost our property, because never again did we return to our village. In the end, we lost everything. In reality, it’s for my mother that I cry. She didn’t have to suffer this. I don’t know in what way she died.These people did not have the right to take away the life of my saint mother. She didn’t deserve it.

Sweet, darling mother, wherever you are, I want to tell you that I love you very much and I will never forget you.You know very well that someone will do you justice, I love you so much!

But, thank God, that with all our limitations, all our suffering, and thanks to all the people very far from our family that helped us come out ahead.Thanks to the Maya Educational Foundation that granted me a scholarship, that when I graduate, I have to reimburse, but I think that all is possible.

I hope to graduate as a lawyer and notary in December of 2005, and work for the people with few resources. Because I have been thinking that when we, in some moment in our lives needed help, we didn’t get it because we have scarce resources.

I would like for peace, tranquility, justice and love to reign in Guatemala. I would like all Guatemalans to be equal, and for there to be no discrimination on grounds of race, culture, religion, ethnicity, and ways of thinking. All of this influenced me to study the career of law, because now that I’m in the situation I’m in, I couldn’t study the career that I truly wanted to study, which was architecture. I couldn’t because of the time that the career requires and for the expenses associated with it. I worked on the weekends, from Friday nights, Saturday, and Sunday all day and, if necessary, I work sometimes during the week, but I am happy in my career, because I can help many people.

I’m very content, because I’m forming a relationship with my girlfriend, Ana, she’s waiting for a precious baby.And I will be a responsible father, I don’t want my child to miss the affection of a father, I want my child to be a good person, and when my child grows up, I will tell him of my past so that he can reflect and appreciate life and learn how to respect the rights of everyone in the world. I’m very happy with Ana, because she understands me. She is with me through the good and the bad, she’s hardworking, and I know that she will be a good mother. I love her very much.

I hope that you understand what I have written. I tried to write as coherently as possible, I think that I wrote some things that maybe for some (people) aren’t important, and also some things I have left out. Maybe it is because I forget in the moment, or because maybe someone in that moment would think I was exaggerating. Of course this isn’t my whole story, but if there are any questions over some part that isn’t quite clear, you can ask me about it however you want. I don’t want you to feel embarrassed to ask.This will help me remember things that I’ve forgotten.

Finally, I want to thank you for your humanity and solidarity that you have shown towards the Maya people. I want to thank you for being interested in my life and those of my friends, and like I mentioned in the beginning, no one has ever been interested in my past, in my story.  This is the first time that I write my story. Sometimes, someone that hasn’t lived this will think that I’m exaggerating.

I hope you understand me, really understand, since in one moment, I felt that I was in control of what I felt. I felt that I would tell my story with ease and calm, but it’s not like that. (At the group meeting on) the 11th of March, 2005, at 3:00 in the afternoon, I noticed that I hadn’t overcome my feelings. On listening to each story of my companions, I felt very affected and when it was my turn, I felt that I had a knot in my throat and I couldn’t speak. Since then I have been very sad, remembering many things, there are moments when I am alone that I start crying.When I walk to the library, people have seen me crying, and at night I cry regularly. It gives me sorrow to tell this, but someone will think that I exaggerate.The truth is that only the one that has lived these injustices feels it and understands it.

I want to tell you that I cry for the death of my mother, the way that she died, the reason for her death (it’s a stupid, senseless reason). I cry because I can’t give her a Christian burial and that there isn’t a place where I can leave her a bouquet of roses. In conclusion, I cry for the death of my mother.

Thanks for being my friends, for listening to me and understanding my past.This is what happened to me and I don’t wish it on anyone else.

Kaqla

Nací el 30 de junio de 1980. Tenía cuatro meses cuando mi padre fue asesinado por los soldados… y, bueno, mi madre me dijo la verdad acerca de lo que había sucedido. Que fuimos perseguidos por el ejército, que tuvimos que huir y que no debíamos decirle la verdad a nadie porque nuestras vidas estaban en peligro. Siempre teníamos que inventar una historia diferente para contarle a la gente, porque mi madre nos dijo que era muy peligroso decirles la verdad a otras personas aquí en la capital… Mi padre Reyes y mi hermano mayor Daniel fueron asesinados por los soldados en 1980 en nuestra aldea, Macalajau, Uspantán, que queda en el departamento del Quiché, al norte de Guatemala. Otro de mis hermanos, Demetrio, fue secuestrado [en aquel entonces]. Mi hermana mayor, Bernadina, fue secuestrada en 1983 aquí en la capital. Todavía no la hemos encontrado; sigue desaparecida.

Quiero decirle que para mí la guerra me ha afectado más que ninguna otra cosa en la vida… tenemos problemas, problemas psicológicos. Ooh, y creo que lo más difícil de la guerra es que perdimos el proceso de nuestra vida, nuestra infancia, muchas cosas que nunca se van a poder repetir.

Mi familia, sí, tuvo una participación directa en la guerra. Mi padre apoyaba a la guerrilla, era una persona convencida de que las cosas necesitaban un cambio en nuestro país porque los pueblos indígenas son muy pobres y es muy difícil mejorar su situación. La vida en las comunidades era muy difícil y mi padre pensó que era necesario pelear, y así fue como los soldados lo asesinaron.

Pero mi mamá siempre nos dijo la verdad, siempre supimos la verdad de las cosas que habían pasado. Creo que lo más difícil fue que nosotros siempre tuvimos que mentir, y tuvimos que cambiar de nombres, toda mi familia tuvo nombres diferentes. Mi hermano, mi hermana, mi papá, mis tíos, habían sido asesinados en mi comunidad. Todavía en el 83, mi hermana fue secuestrada, entonces nosotros habíamos quedado todavía perseguidos por los militares. Entonces tuvimos que cambiar muchas veces de casa. Aquí en Guatemala, en la ciudad, y después todos mis hermanos fueron internados en distintos lugares.

Tengo familia que tuvo que ir a México, y familia que huyó a España y que viven allá después de la guerra. Mi mamá nunca se fue, que es otra parte de la historia también. Mis tíos y todos, porque todos los varones pensaron en ellos, pero nadie piensa en mi mamá con sus hijos. Y además que sabían que los que estaban solteros, o los que tenían menos hijos, podían huir, pero mi mamá era una mujer con ocho hijos, entonces, nadie nunca pensó en ella. Mi mamá prácticamente fue abandonada a su suerte aquí en la capital.

Hasta el momento, pues nosotros hemos tenido que pelear mucho y sufrir este proceso para volver a reivindicar nuestros derechos. Por mucho tiempo tuvimos miedo, tuvimos mucho miedo de nuestra historia, lo que nos podía pasar. Pensamos en olvidar lo que nos había pasado, pero hoy más que nunca creo que nosotros no debemos olvidar lo que pasó. Y que toda la gente tiene que saberlo, es necesario que la gente lo sepa, porque es increíble las historias que aquí en Guatemala han ocurrido.

Los que estamos aquí tenemos un final feliz. Tenemos la oportunidad de estudiar en la universidad. Así que pienso que esto es lo que debemos valorar, tenemos que estar agradecidos por tener esta oportunidad. Somos suertudos de tener esta historia diferente. Pero no es la historia común, porque otras familias todavía viven en la pobreza. Y a veces cuando miro a los lustradores, cuando miro a la gente que está en prostitución, o todas estas personas que están trabajando en casa y todo, han tenido una situación diferente a la nuestra.

O sea, nosotros fuimos afortunados en ese sentido, pero aún así, creo que no hemos podido superar. Nuestra sociedad no puede superar la realidad, todavía vivimos muy divididos, seguimos sufriendo todavía el racismo, la discriminación, la exclusión. Pues, yo lo que creo es que si por lo menos a mí, lo que más afecta…

Lo que creo es que ya perdimos mucho en la guerra. O sea, mi papá tuvo una ideología, mi mamá, mi familia, y tuvieron una participación muy activa en los cambios del país. Ya había perdido mucha familia o sea, perdimos tantas cosas, y yo ya no quiero que me siga afectando la guerra, ya quiero superar, porque creo que mientras nosotros no estemos fortalecidos, difícilmente vamos a apoyar otras personas.

Hay mucha gente que todavía está afectada y que tiene que salir de esto, y entonces creo que nosotros tenemos que fortalecernos mucho, como víctimas de la guerra, como sobrevivientes, porque al final eso somos. Somos sobrevivientes. Perdimos lo único que teníamos, nuestras relaciones familiares, ¿verdad? Perdimos procesos de nuestra existencia que nunca volveremos a recuperar. Jamás.

El sentimiento de sobrevivencia llegó de mi madre al protegernos. En el camino encontramos a personas buenas que nos apoyaron. Aunque nuestro destino ya estaba marcado… mi mamá no podía hablar español, estar en una ciudad tan grande y racista con ocho hijos, pues seguramente nosotros tendríamos otro destino que no es éste que tenemos ahora. Sin embargo, nosotros logramos desafiar el destino, y estamos vivos.

Si me preguntan si yo soy resentido, yo no creo que sea resentido, pero creo que las cosas duelen, muy difícilmente vamos a olvidarlas también. Sí duró mucho el dolor y el sufrimiento, pero creo que todo esto lo podemos transferir, o por lo menos, yo lo que he hecho es que todo esto, producto de dolor que yo tengo, lo he convertido en energía, que día con día me permite continuar. Por todo este problema, yo pasaba muchas crisis, emocionales, psicológicas, muy fuertes, y he tenido que estar en tratamiento para poder continuar. Porque, sí, a veces, uno no ve la luz al final del túnel.

En el trabajo que había realizado puedo ver a personas que están muy afectadas, sobre todo los casos de exhumación, así en el encuentro de su familiares desaparecidos. Yo me doy cuenta que no estoy preparado para apoyar a la gente porque me siento muy afectado. Todavía no he superado eso y no es que quiero olvidar. Ahora más que nunca quiero tener presente todo lo que pasó en la guerra, y quiero decirlo, porque creo que eso la afectó mucho a mi mamá, a mis hermanos y todos quienes han tenido que callar toda la historia, y que han tenido que crear, inventar historias, cambiar la verdad para que no les pase nada.

Yo realmente desee estudiar derecho. Antes quería estudiar periodismo, pero estudié derecho porque trabajando me di cuenta que se cometían muchos abusos a nosotros, por nuestra calidad de indígenas. Creí un momento que con nuestra profesión podemos apoyar mucho, como abogado yo puedo aportar mucho a los cambios en mi país, y trabajar para evitar el abuso en contra del Pueblo Maya, que todavía persiste.

Creo que todos los niños deben saber la verdad de lo que pasó, porque tienen que conocer la historia de su país. Si no, se pierde la memoria. En el caso de nuestros sobrinos, por lo menos que sí tengo sobrinos, creo que ellos deben saber de dónde vienen, quién era su abuelo, quién es su abuela, quiénes son sus tíos.

Ellos pueden tener un contexto diferente ahora, pero ellos deben saber la verdad, porque sólo eso los va a hacer a ellos personas coherentes, con su discurso, y personas que realmente valgan la pena. Y además, porque ellos deben luchar por todos los hechos horrendos cometidos en la guerra, para que no vuelvan a suceder nunca.

Kaqla

I was born on June 30, 1980. I was four months old when my father was killed by the soldiers…and, bueno (okay), my mother told me the truth about what happened.That we were persecuted by the army, we had to flee, and that we must not tell the truth to anybody, because our lives were in danger.We always had to invent a different history to tell people, because my mother told us that it was very dangerous to tell the truth to other people here in Guatemala City…My father Reyes and my older brother Daniel were murdered by the soldiers in 1980 in our village, Macalajau, Uspantán, which is in the Quiché Department in the north of Guatemala. Another of my brothers, Demetrio, was kidnapped [at that time]. My older sister, Bernadina, was kidnapped in 1983 here in Guatemala City.We have still not found her; she is still disappeared.

I want to say to you that for me, the war has affected me more than anything else in my life…we have problems, psychological problems. Oh, and the hardest part about the war is that we lost the process of our lives, we lost our childhood, many things that will never be able to be repeated.

My family, yes, had a direct participation in the war. My father supported the guerrillas, he was a person who was convinced that in our country things needed to be changed because the indigenous people are very poor and it’s very difficult to improve their situation. Life in the communities was very hard and my father thought it was necessary to fight, and so he was killed by the soldiers.

But my mother always told us the truth, we always knew the truth about what had happened. I think the most difficult was that we always had to lie, and we had to change our names, all of my family had different names. My brother, my sister, my father, my uncles, had been assassinated in my community, then in 1983 my sister was kidnapped, so we were still being pursued by the military.We had to change houses many times here in Guatemala City, and afterwards all of my siblings were put into schools in different places. I have family that escaped to Mexico, and family that fled to Spain, where they still live even after the war.

But, those of us who are students, we can still have a happy ending.We have the opportunity to study in the university. So, I think that this is what we have to value, we have to be thankful that we have this opportunity.We’re lucky to have this different story. But it’s not the common story, because other families are still living in poverty. Sometimes, when I look at the shoe-shiners, when I look at the people that are prostitutes, or all those people who are working as domestic servants, they have a situation different from ours.

That is, we are lucky in this sense, but I think that we haven’t been able to overcome everything that has happened.We are still suffering from racism, discrimination, exclusion, and we still live in a very divided society.Well, what I believe is that, well…for me, anyway, what most affects me… well….

Kaqla cried. His friends sat, staring away into their own distance, then, one by one they got up to touch his shoulder, bring him a paper cup of water, or walk out of the room. No one said a word.

What I believe is that we’ve lost a lot in the war. I mean, my father had an ideology, my mother, all my family, they actively participated in the changes of the country. I’ve already lost a lot of family, and we lost so much, and I don’t want the war to keep affecting me anymore, I want to overcome all these things, because I believe that until we are stronger ourselves, it will be difficult to support others.

There are a lot of people who are still affected, and they have to heal their wounds.We have to strengthen ourselves, as victims of the war, as survivors, because in the end, this is what we are. We are survivors. And although we are survivors, this doesn’t mean that they haven’t destroyed our lives.We lost the most important thing we had, our family relationships, right? We lost a way of life, of our existence, that we will never be able to get back. Never.

The feeling of surviving came from my mother who protected us.Along the way, we met many good people who helped us. Even though our future was already marked…my mother couldn’t speak Spanish, we were in such a big city, a racist city, and with eight kids, well, surely we would have had a different future than the one that we have now. However, we managed to defy destiny, and we’re alive.

If they ask me if I am resentful, no, I don’t think I’m resentful, but I think that these things hurt, and with much difficulty we will forget them, too.Yes, the pain and suffering lasted a long time, but I think that we can transfer all of this, or at least, what I have done with all the pain that I have, I have converted it into energy, that day-by-day allows me to continue. But during all of these problems I had many crises, emotional, psychological—very strong—and I have had to go into treatment to be able to go on. Because, yes, sometimes, you don’t see the light at the end of the tunnel.

In the work that I have done, especially the cases of exhumations, I can see that some people are still very affected, when they are searching for their disappeared family members. I am aware that I’m not prepared to support other people, because I am also still very affected. I haven’t overcome this, and I don’t want to forget. Now more than ever, I want to have with me all that happened in the war, and I want to tell about it, because the war affected my mother a lot, and my brothers and sisters, and everyone who had to hide their history, and who had to invent histories, who had to change the truth so that nothing more would happen to them.

When I first went to school I wanted to study journalism, but instead I studied law, because I became aware that many human rights abuses were committed against us, simply because we were indigenous. I believe that our profession can help us a lot, and that as a lawyer I can contribute to the changes in my country, and work to avoid the abuse against the Maya, that still persists to this day.

Right up until this present moment, we have had to fight a lot and suffer through all of this, to be able to get back our rights. I think all children should know the truth of what happened, they have to know the history of their country. If not, the memory is lost. In the case of my nieces and nephews—yes, at least I have nieces and nephews—I think they should know where they come from, who their grandfather was, who their aunts and uncles were.

They may live in a different situation now, but they should know the truth, because this is the only way they are going to truly understand, and be able to take a coherent point of view in discussions, and be people who really give a damn. And, moreover, they should fight against all the horrible acts committed in the war, so that they don’t ever happen again. For a long time we were afraid, we were afraid because of what had happened to us, and of what was going to happen to us. We thought of forgetting what had happened to us, but more than ever I think that we should not forget.All of the people of the world must know what has occurred here in Guatemala.

Flor

Mi nombre es Flor. Yo nací en el año 1982, en San Juan Sacatepéquez, cerca de aquí de la ciudad capital. Mi padre ha sido una persona que se empegó a muchas comunidades. Él se reunía con muchas personas y durante este tiempo, en los años 82 y 83, a mi papá, lo querían matar. Según decían unos de mi pueblo, había un listado que contenía muchos nombres de personas, entre esos estaba el nombre de mi padre. A casa llegaron cartas diciendo que mi padre iba a morir.

No sabían qué hacer, ya con cuatro hijos, ¿a dónde van a ir? No teníamos dinero. Mi padre, por un tiempo, pensó que íbamos a ir a vivir a Petén, un lugar muy lejos de donde vivíamos, para ocultarse. Pero sin embargo, no quiso, él estuvo muy cerca de la Iglesia, el trabajó durante mucho tiempo muy cerca de la Iglesia católica, haciendo muchos proyectos.

Sin embargo, él un tiempo estuvo escondido en la casa. Vivíamos en una casa muy pequeña, incluso hay una parte que ha sido excavada para que mi padre pudiera esconderse. Y mis hermanos nunca, no pudieron salir. Ellos son mayores que yo. Siempre estuvimos muy encerrados. Y todo esto vino a afectar mucho.

Mi madre está… o sea, se enfermó por todo lo que había pasado. Y bueno, luego de que ya todo volvió a la calma, a la normalidad, siempre quedó este gran temor, verdad, de que un día volvería a pasar lo mismo, pero sin embargo no fue así.

Cuando yo terminé la primaria, mi padre ya no quería que yo siguiera estudiando, y eso fue muy duro para mí, porque a mí siempre me gustaba estudiar. Pero él decía: ‘No, ¿para qué? Algún día puede volver este miedo, algún día puede volver a pasar lo mismo. Mejor mira a tu madre, seguí el ejemplo de tu madre, una persona tranquila, nunca le pasó nada!’

Pero sin embargo, no fue así, o sea, yo quiero cambiar, seguir adelante, quiero continuar y sobresalir, ayudar si algún día volviera a pasar lo mismo. Ser una persona que puede defender los derechos. Eso es lo que influyó mucho a que yo estudiara el derecho. Ahora estudio el quinto año en la carrera de derecho.

Todos los niños deben de saber qué sucedía en este tiempo. Porque hay libros que dicen eso, pero escucharlo de alguien es totalmente diferente. A que uno no puede leer.

Quiero saludar a mis compañeros quienes pasaron todo esto, lo siento por ustedes, pero, ánimo, aquí estamos y tenemos que seguir adelante.