Mi nombre es Flor. Yo nací en el año 1982, en San Juan Sacatepéquez, cerca de aquí de la ciudad capital. Mi padre ha sido una persona que se empegó a muchas comunidades. Él se reunía con muchas personas y durante este tiempo, en los años 82 y 83, a mi papá, lo querían matar. Según decían unos de mi pueblo, había un listado que contenía muchos nombres de personas, entre esos estaba el nombre de mi padre. A casa llegaron cartas diciendo que mi padre iba a morir.
No sabían qué hacer, ya con cuatro hijos, ¿a dónde van a ir? No teníamos dinero. Mi padre, por un tiempo, pensó que íbamos a ir a vivir a Petén, un lugar muy lejos de donde vivíamos, para ocultarse. Pero sin embargo, no quiso, él estuvo muy cerca de la Iglesia, el trabajó durante mucho tiempo muy cerca de la Iglesia católica, haciendo muchos proyectos.
Sin embargo, él un tiempo estuvo escondido en la casa. Vivíamos en una casa muy pequeña, incluso hay una parte que ha sido excavada para que mi padre pudiera esconderse. Y mis hermanos nunca, no pudieron salir. Ellos son mayores que yo. Siempre estuvimos muy encerrados. Y todo esto vino a afectar mucho.
Mi madre está… o sea, se enfermó por todo lo que había pasado. Y bueno, luego de que ya todo volvió a la calma, a la normalidad, siempre quedó este gran temor, verdad, de que un día volvería a pasar lo mismo, pero sin embargo no fue así.
Cuando yo terminé la primaria, mi padre ya no quería que yo siguiera estudiando, y eso fue muy duro para mí, porque a mí siempre me gustaba estudiar. Pero él decía: ‘No, ¿para qué? Algún día puede volver este miedo, algún día puede volver a pasar lo mismo. Mejor mira a tu madre, seguí el ejemplo de tu madre, una persona tranquila, nunca le pasó nada!’
Pero sin embargo, no fue así, o sea, yo quiero cambiar, seguir adelante, quiero continuar y sobresalir, ayudar si algún día volviera a pasar lo mismo. Ser una persona que puede defender los derechos. Eso es lo que influyó mucho a que yo estudiara el derecho. Ahora estudio el quinto año en la carrera de derecho.
Todos los niños deben de saber qué sucedía en este tiempo. Porque hay libros que dicen eso, pero escucharlo de alguien es totalmente diferente. A que uno no puede leer.
Quiero saludar a mis compañeros quienes pasaron todo esto, lo siento por ustedes, pero, ánimo, aquí estamos y tenemos que seguir adelante.